XIX

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"Cuando tengas frío,

yo estaré ahí para abrazarte muy cerca de mí.

Te enseñaré, eres mejor de lo que sabes.

Cuando te pierdas, cuando estés sola y no puedas regresar,

te encontraré, te llevaré de vuelta a casa".

(By your side – The 1975).

Normalmente iría a su casa, pero no tenía ánimos para hacerlo. Llegar de esa manera solo preocuparía a sus padres, a su hermano. Evitaría a cualquier costo que Austin supiera de lo que había pasado con Patrick. Su enfermedad avanzaba cada día más y una noticia así, influiría de manera negativa sobre él. Solo generaría impotencia y no quería verlo sufrir por algo que no lo valía. Pensó en ir de Rose, pero recordó que su amiga se encontraba fuera de la ciudad ese día. Y pensó en Thayer, a quién decidió evitar por el arreglo de mantenerse alejados. Por el mensaje que le envió la última noche lo vio, por la llamada que él nunca le hizo. Asumió que él estaba de acuerdo en seguir lejos, entonces de inmediato descartó la idea, aunque fuera en realidad lo que más deseaba.

Solo le quedaba una opción, alguien a quién podía recurrir, Levi. Tenía que atravesar todo el pueblo para llegar al barrio privado donde residía el chico, que contaba con un apartamento en la zona más costosa. Así que empezó a caminar, aumentando el ritmo cada vez más, porque se sentía demasiado expuesta, porque le pasó la loca idea de volver a cruzarse con Patrick.

Tuvo que atravesar el barrio de Thayer, inevitablemente, justo cuando estaba a media cuadra de pasar por su casa, lo vio salir. Se sorprendió, porque en ningún momento vio venir que se toparía con él, por ende ni siquiera tuvo tiempo de ocultarse. Thayer también la reconoció, justo a tiempo para cruzarse en su camino, tratando de que se detuviera. Se preocupó, porque la vio un tanto perturbada, inestable. No era la misma de siempre.

—Madison— la detuvo, poniéndose frente a ella.

—Lo siento Thayer, estoy apurada— trató de esquivarlo, tarea que él imposibilitó al impedir su paso una vez más.

— ¿Estás bien? ¿Podemos hablar un momento?— le pidió, pero ella se negó otra vez. Estaba reprimiendo absolutamente todo en su interior para actuar de ese modo con él. Quería decirle que sí, que lo necesitaba, pero su cerebro le dictaba otra cosa.

—Ahora no. Levi me está esperando— pensó nombrar al chico cambiaría las cosas y así fue, la expresión de Thayer se tensó, pero continuó sin moverse.

—Levi— murmuró en voz alta, en un tono que delataba sus celos. — ¿Estás saliendo con él?

—No— sus palabras continuaron siendo secas.

— ¿No?

—No. ¿Acaso no leíste el mensaje que te mandé ayer?— le recriminó, soportando esquivar su mirada. —Déjame pasar, Thayer— quiso luchar contra él, pero no le quedaban fuerzas en ese instante. No sintió obligación de continuar peleando, no con él, la persona con la que no temía ser vulnerable. Sus manos quedaron a la altura de los hombros masculinos y en un intento fallido por empujarlo, lo miró a los ojos. No lo había hecho en todo ese rato, porque su mirada enrojecida dejaría a la vista que había estado llorando.

—Hey, tranquila. Estoy aquí— como la conocía, supo que algo le sucedía. Madison tenía otro semblante normalmente. Ella asintió, sin dejar de mirarlo. — ¿Qué pasa?

—Te extraño— dijo sin más y lo besó, olvidando el acuerdo, olvidando las cosas que debían ordenar. Quería estar con él justo en ese momento. Quería calmar ese dolor insaciable que llevaba por dentro y el beso lo hizo, apaciguando todo lo que la lastimaba. Se aferró con fuerzas. Necesitaba mucho más que un beso esa noche.

Mi salvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora