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"Ella es la cosa más dulce que conozco,

deberías de ver la forma en que me abraza

cuando bajan las luces...

Se llevó mi corazón en un viaje solo de ida,

supongo que fue a perderse con él."

(Hearts don't break round here – Ed Sheeran)

Para el alivio de Thayer, la situación se había esclarecido y su problema pasó a llamarse un malentendido. Madison le creía y no se arrepentía de haberlo defendido asegurando que nunca quiso lastimar a nadie. Caminó detrás de él, presintiendo que estaba molesto y se preguntó a si misma si debía acercarse o dejarlo a solas, tal vez necesitaba tiempo. Se dio la vuelta, creyendo por un instante que irse sería la mejor opción, pero su intuición la obligó a detenerse y retomar su camino hacia el muchacho. Posó la mano en su hombro con delicadeza porque no pretendía asustarlo dándole un toque repentino y consiguió su atención, en una diminuta sonrisa dirigida a ella. Interpretó aquel gesto como que podía acompañarlo y siguió sus pasos a la par.

— ¿Puedo preguntarte algo, Mad?— se escuchó la voz masculina, luego de unos minutos apagados por un extenso silencio. Ella no había dicho nada antes porque no quería conversar a las fuerzas, conocía a Thayer y sabía que el hablaría cuando tuviera algo que decir.

—Sí, hazlo— asintió, sin objeciones.

— ¿Por qué me creíste?

— ¿Qué porqué te creí?— elevó las cejas, le sonaba como una pregunta sin sentido—Porque simplemente sabía que estabas diciendo la verdad— se encogió de hombros, era sencillo para ella creer en él. —Además, estaba ahí, vi cómo sucedieron las cosas.

Thayer asintió, procesando las palabras que escuchaba. Se sentía bien saber que alguien más creía en él, en realidad no le pasaba muy seguido. De inmediato en su cabeza apareció el recordatorio de que jamás oyó a su novia decirle algo como eso.

— ¿Así de sencillo?

—Es que ni siquiera tenía razones para no creerte. ¿Por qué te cuesta tanto aceptarlo?— cuestionó y Thayer bajó la mirada, inseguro.

—Nadie me creía— murmuró, mirando hacia otro lado y esquivando los ojos de Madison. Parecía enojado con el mundo. —Ni mi hermana. Ni si quiera Lexie.

—Thay, fue una confusión. Todos estábamos nerviosos y...— Madison comenzaba a contradecirlo, pero Thayer terminó por interrumpirla.

—No la defiendas. ¿Viste cómo me miraba? Como si estuviera decepcionada de mí— Thayer apretó el puño, lo hacía cada vez que sentía que ya no lograría contener tanta bronca dentro de sí mismo.

—Quizás solo tenía miedo de que estuvieras metido en graves problemas. No lo sé— la mano femenina se posó sobre su puño cerrado y Thayer lo hizo a un lado, al sentir una penetrante electricidad desprenderse sobre su piel en aquel breve toque. Nunca había sentido algo así, tan intenso.

—Creo que necesito estar solo— incapaz de mirarla a la cara, sus ojos seguían en dirección al piso. En cambio, Madison estaba atónita y aquella actitud, tan reacia y terca, empezaba a molestarla. Estaba haciendo todo lo posible para levantar su ánimo, pero ya no sabía que decirle exactamente que pudiera servir. Quizás solo necesitaba pensar a solas.

—Está bien. Si eso es lo que quieres— Madison suspiró, guardándose las cosas buenas que tenía para decirle, por el simple hecho de que empezó a sentirse un estorbo. Dobló en la segunda esquina, en dirección a su casa. Aunque habría deseado quedarse con él, incluso soportando el silencio.

Mi salvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora