One-Shots SasuSaku

El peso de la corona: Pócima de amor (parte 3)

Título general: El peso de la corona.

Pareja: Sasuke x Sakura.

Summary: Un grupo disfuncional viajando por el País del Fuego tratando de conocerse mejor. Una pócima de amor que no resulta con los efectos esperados según a palabras del vendedor. "—Voy a suponer que esta niña no es la princesa Sakura. Cuando voltee, aparecerá en su metro sesenta siendo la chica de dieciséis años, caprichosa y ruidosa, y no de cuatro años. Sí, eso es seguro".

Disclaimer: los personajes de Naruto no me pertenecen, si no a Masashi Kishimoto. Yo solo creo historias paralelas sin fines de lucro. (Inspirado en Akatsuki No Yona).

Advertencia: Es la continuación del anterior OS.

AU mundo medieval (? por así decirlo. Principalmente ésto iba a ser un fic completo, pero no sabía cómo darle el contexto adecuado así que decidí descartarlo por completo. Empero, forme un pequeño fragmento.

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Sasuke no creía que una niña de ocho años tuviera tanta energía y capacidad decolmarle la paciencia con tanto "¡Eres mi príncipe!" "¡Casémonos cuando sea grande!".

Se repetía una y otra vez y cada palabra que saliera de su boca no era más que mentiras, era una niña que no medía las consecuencias. Estaba totalmente seguro de que ella no diría eso.

Sumándole al cuento, Suigetsu se reía de él.

—El pobre no soportará tanta desilusión cuando ella regrese a la normalidad —decía a carcajada ganándose un buen golpe de su parte.

El trayecto al país del Agua les llevó tres días, cuales tuvieron que soportar con la parlanchina niña que no dejaba de preguntarles a todos sobre el extraño color de sus cabellos o cuestionarse las idioteces que discutían Suigetsu y Naruto.

Base a esto, Karin se vio obligada a amenazarlo que, si algo salía de sus bocas, un día despertarían colgando de un barranco. Los dos idiotas temblaron a respuesta, pues con ella no era juegos.

El último día de su viaje, mientras se detenían al pie de un acantilado para observar el pueblo a lo lejos y trazar la mejor ruta al centro de la ciudad dónde estaban los puestos ambulantes, el par de idiotas tuvo la encomienda de cuidar de ella, por tan sólo unos minutos mientras los demás decidían —no les quedó de otra más que confiar en ellos una vez más—.

Suigetsu observó con gracia como Sakura jugaba con la tierna ardilla de Neji, Aoi. Lo más interesante es que le hablaba con si fuera su mejor amiga.

—¿Verdad que Aoi puede comer otras cosas? —Le preguntó la niña alzando a la ardilla.

Despegó su mano de la barbilla mientras negaba con la cabeza.

—Sí, todas las frutas y algunos hongos —respondió.

—¡Mira, Sakura-chan! —Naruto se acercó por detrás y se agachó a su lado extendiéndole un pequeño hongo colorido—. Puedes darle esto, seguro y le gusta.

Emocionada, la niña se lo dio a Aoi. Los tres vieron expectantes como se lo llevó a su boca, sus mejillas se inflamaron. Poco después la escupió en dirección a la frente de Naruto que gritó incrédulo y sobresaltado, la infame de Aoi los engañó.

—Pequeña rata —farfulló Naruto sobándose dicha parte.

—Hasta los animales te detestan —se burló Suigetsu sonriendo socarrón.