El Príncipe y la Rana » jjk ✔️

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Es como si la burbuja en la que hemos estado estalló de un momento a otro, si la bibliotecaria no hubiese llegado, ¿en verdad la habría besado?

Sacudí mi cabeza alejando esos pensamientos que me confundían. Y para joder más la situación, la señora cree que vinimos a follar.

— N-No, le estaba sacando una basura del ojo —HanSeul estaba igual o incluso más nerviosa que yo, tartamudea mientras habla.

— Claro... —La señora Yoon asintió no muy convencida— ¿Entonces qué hacen aquí?

Las mejillas de la castaña se encendieron aún más y se rascó la cabeza, así que decidí responder yo.

— Vinimos a ver un libro que nos pidió el maestro Go —Me levanté del sillón y lo tomé para mostrárselo.

— Cierto, él dijo que enviaría a alguien —Se quedó pensando unos segundos y luego suspiró—. Entonces ya pueden irse.

— Disculpe —HanSeul se levantó sacudiendo sus jeans—, ¿la puerta no estaba cerrada?

— Sí, pero escuché ruidos raros así que vine a revisar —Salimos junto a la señora—. ¿Estaban atrapados?

— Alguien nos encerró —La castaña respondió.

— Extraño, no había quedado nadie cuando me fui —Entrecerró sus ojos mirando su alrededor.

— De seguro fue el viento o algo —Reí, intentando desviar el tema—. El maestro Go debe de estar esperándonos, vamos HanSeul.

Nos despedimos con una reverencia y mientras nos dirigíamos hacia la sala de maestros estábamos sumidos en un silencio incómodo.

— Qué bueno que llegaron chicos —El mayor ya estaba fuera de la sala, esperándonos—, pensé que no lo encontrarían.

— Fue difícil, pero aquí está —HanSeul se lo entregó.

— Se los agradezco mucho jóvenes —Guardó el libro en su maletín—. Por esto tendrán una ayuda extra en mi materia.

Ambos sonreímos e hicimos una reverencia.

— Nos vemos mañana.

Cuando el señor Go desapareció por el pasillo, el ambiente tenso volvió. No obstante, decidí hablar de una vez por todas.

— Entonces —Comencé, llamando su atención—, ¿ya estamos bien?

— No —Lo dijo con seriedad al principio, y al ver mi expresión soltó una carcajada—. Debiste haber visto tu cara.

— ¡No es gracioso! —Le reproché— ¿En serio no me has perdonado después de todo lo que dije?

— Fue bastante inspirador, he de admitir —Hizo una pausa, dejándome con la intriga a propósito—. Te perdono

— ¡Sí! —En un impulso la envolví con mis brazos, ella se tensó en su lugar por lo que me separé al instante ya que no quería incomodarla— Lo siento

— N-No te preocupes —Sonreí al escucharla, esta era la tierna HanSeul sonrojada que conozco.

— Entonces ya podemos continuar con el trabajo.

— ¿Sólo querías arreglar las cosas por el proyecto? —Lo dijo con un tono de voz algo escalofriante.

— ¡No! Por supuesto que no —No quería que malinterpretara mis palabras.