Capítulo 3

742 84 13
                                    

—¿Me convidas uno?— pregunto, tocándole levemente el hombro, mientras que escalofrios recorren todo mi cuerpo. Hace tanto no lo tenía cerca. Me siento a su lado en el cordón de la acera y descanso mi cabeza sobre su hombro. Sé que lo estoy provocando, pero no puedo evitarlo.

—Claro— responde, con resignación. Voltea su cabeza levemente tendiéndome el cigarro. Nos encontramos tan cerca que el aire que uno exhala es el que el otro inhala. Mi corazón palpita a una velocidad increíble, y estoy al borde de soltar una risita. Parezco aquella niña de dieciséis años otra vez. Ambos deseamos besarnos, al menos eso creo, pero el anillo alrededor de mi dedo parece pesarme una tonelada y sé que no puedo hacerle esto a Tré.

—Gracias— respondo repentinamente, cuando comienza a acercarse a mi lentamente. Me enderezo para alejarme de él. Acepto el cigarrillo y me tiende un encendedor. Lo cojo con cuidado y lo enciendo—¿Qué te sucede? Saliste corriendo de allí como si el cuarto se estuviera incendiando.

—Eh...— dubita por un momento—No es nada, creo que algo que comí me cayó mal, eso es todo.

Hay tanto que quiero decirle, pero ha vuelto en un momento tan inoportuno. Tres años esperó para regresar y tres años he estado de contener a Tré, que parecía dispuesto a casarse en cualquier momento. 

¿Se suponía que esperara toda mi vida a que él regresara? Traté de recomponerlo todo, y poco a poco la relación con Tré se volvió más amena. Lo amo. Sin embargo, Billie regresa y apenas una mirada suya hace que mi confianza tambalee. 

—Mierda— mascullo, frotándome el cuero cabelludo con las palmas de las manos. 

—¿Qué?— pregunta, alzando las cejas y haciendo que sus ojos verdes se vean aún más grandes.

—Soy una idiota— digo, y mi voz comienza a flaquear. Me paro de un salto y comienzo a caminar hacia el lado opuesto, acercándome al edificio de la recepción, pero sin cruzar la umbral. Se me está dificultando respirar y temo que alguien me vea teniendo este colapso nervioso a través de la puerta de cristal que separa la fiesta de este desastre, así que me alejo de ella lo más rápido posible. Me quito el blazer y lo sostengo con mis manos temblorosas, el calor ha disminuido un poco.Mi tórax continúa subiendo y bajando a una velocidad excepcional. 

Oigo pasos detrás mío y sé que se está acercando. Dejo que coloque sus manos sobre mis hombros. Parece el toque de un cádaver y con el calor que mi cuerpo irradia en este momento no entiendo cómo no se está derritiendo.

—¿Qué sucede, Amanda?— pregunta, sonriéndome a medias.

—¿Para quién era esa canción?— me limito a preguntar, con los ojos rojos e hinchados, a pesar de que no he derramado una sola lágrima desde la capilla.Trata de evitar mi mirada, pero lo sostengo del mentón con fuerza y hago que quedemos cara a cara.

—Yo...— comienza a titubear. Tengo que presionarlo a que responda, porque no puedo soportar la sensación en mi pecho. Envuelvo su cuello con mis brazos y me acerco a él, teniendo que pararme en puntas de pie a pesar de que estoy usando tacones altos.

—¿A quién le escribiste esa canción?— digo, con la voz más débil que nunca.

—Sabes muy bien que te la escribí a ti— responde, de manera algo sombría, como si eso le entristeciera y sé que lo hace.

—¿Por qué me haces esto?— pregunto, observándo el anillo en mi mano fijamente asomándose detrás de la nuca de Billie.

—¿El qué?— pregunta, algo a la defensiva.

—¡¿El qué?!— exclamo— Te fuiste sin previo aviso. ¿Si estás tan jodidamente enamorado de mi, por qué no regresaste hace 2 años? Te quedaste allí, en Nueva York, como un cobarde, escribiéndome canciones y pensando en mí, pero no ...no tienes las agallas de regresar y ocuparte del asunto tú mismo.

—Si tanto me amas...¿por qué carajo te comprometes con el primer idiota que pasa mientras no estoy? 

—No...no lo sé— comienzo a sollozar, me doy vergüenza a mí misma. Me alejo de él, dando varios pasos hacia atrás.

—Llegué para arruinar tu casamiento de cuento de hadas, ¿verdad? Lo lamento mucho, esperaba sentarme junto a papá pitufo y Blancanieves en primera fila para ver realmente bien como te pronuncian mujer de aquél gnomo al que llamas "cariñito"— agita las manos y comienza a alzar la voz, lo que me preocupa un poco, no quieroque nadie nos encuentre así.

Me acerco a él y comienzo a atarle la corbata.

—Te la desarreglaste otra vez— alzo la mirada para encontrarme con sus ojos—No quiero pelear, no hoy, éste día pertenece a Brit y Mike.

—No tendrás más opotunidad de pelear, Eileen. Mañana regreso a Nueva York, no planeo seguir lidiando con esto.

—¡No!— grito— No puedes dejarme otra vez.

—No pretendo quedarme a esperar la gran boda. ¿Puedes pensar en cómo me siento por un maldito segundo? Me estás haciendo trizas, Eileen.

No quiero que siga hablando, tomo su rostro en mis manos y lo empujo hacia abajo, para poder alcanzar sus labios. Lo beso y atraigo su cuerpo al mío, para poder sentirle junto a mí. Hace tres años que no nos encontramos en esta situación.

—Te amo, Billie— susurro, esperando una respuesta.

———————————————————————————————

¡VOLVÍ! Perdón por no actualizar, estuve ocupada.

Os adoro.

Homecoming [Give me Novacaine #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora