Capítulo 11

816 70 6
                                    

Me observa atónito y le dedico una sonrisa, la cual es sincera y espero se vea llena de vida bajo mis oscuras y gigantes ojeras.

-Lo dejé- digo, tratando de que mi voz suene firme.

Aún seguimos en el umbral de su habitación, las maletas comienzan a pesarme y Blue, la cual cuelga de mi espalda, se clava en la parte inferior de mi columna. Todo parece brumoso y siento como si estuviéramos dentro de una de esas viejas películas mudas.

-Lo hiciste- murmura, y poco a poco una gran sonrisa comienza a dibujarse en sus labios.

-Así es- afirmo, a pesar de que lo que ha musitado no fue una pregunta.

Se acerca poco a poco, y suelto todo lo que llevo encima, dejándolo en el suelo, despreocupadamente. Las mejillas arden y noto que mi pelo continúa despeinado debido al viento que disfruté en el camino aquí. Sus manos rodean mi cintura, y las mías hacen lo mismo con su cuello. Lentamente, nuestros labios se encuentran. No es la primera vez que esto sucede desde que regresó, pero el sentimiento se encuentra intensificado, y mi corazón parece perforar mis costillas, tratando de abandonar mi cuerpo con cada latido eufórico.

Comenzamos a reírnos en el medio del asunto. Demonios, ninguno de los dos cree lo que está ocurriendo. Nos separamos un poco; ínfimos centímetros entre nuestras narices, y pegamos nuestras frentes.

-Hola- susurro, como si fuera la primera vez que lo veo en años-. Me has hecho falta.

-No te has hecho una idea cuanto he pensado en este momento- responde, en el mismo tono.

-Luces más viejo- bromeo, trazando con mi dedo el contorno de sus ojos-. No te he dado permiso para envejecer.

Se encoge de hombros levemente, sin dejar de sonreír.

-Lo siento, Wendy.

Le doy un pequeño puntapié, tras el cual nos soltamos para recoger las cosas que he desparramado en el suelo.

-Me sorprende que aún tengas esto- comenta, tomando a Blue entre sus manos.

-No podía tirarla. Era todo lo que me quedaba de ti. Incluso intenté aprender a tocar, pero fue un gran fracaso- rio, mientras arrastro la maleta hacia el interior de la habitación.

Deja a Blue sobre la cama y se apresura a ayudarme.

-Demonios, Eileen, ¿qué traes aquí?

-Una vida entera- respondo, con algo de seriedad.

Una vez que hemos terminado con mi pequeño equipaje, nos tendemos en la cama. Me rodea con su hombro y yo me apretujo contra su costado, cerrando los ojos.

-Fue raro...las últimas veces lo ha sido- dice.

Abro los ojos, algo extrañada.

- ¿El qué?

-Besarte, sin que haya tanta...- lo piensa por un momento- distancia entre nosotros.

Sé a lo que se refiere, a pesar de que no habla de manera clara. Solíamos besarnos con algo de dificultad, teníamos que ser muy cuidadosos, después de todo, Amy estaba entre nosotros y no pretendíamos disturbar su sueño.

Deslizo una mano hacia la parte inferior de mi abdomen y lo recorro suavemente, la tela de mi camisa provocando que las puntas de mis dedos se adormezcan levemente.

Me limito a soltar un suspiro y esperar que siga hablando.

-Lo lamento...- se incorpora y lo imito. Nos encontramos cara a cara- Los años han pasado y aún no he adquirido sensibilidad- suelta una risita nerviosa y me toma la mano posada sobre mi abdomen-. Te lo compensaré. Vamos a comer, yo invito.

Es entonces cuando caigo en cuenta que no he almorzado. Mi estómago se encuentra vacío, salvo por un poco de la limonada de Tré.

- Suena bien...- le doy un pequeño beso y me levanto de la cama, tirando de su mano para que él haga lo mismo.

Perezosamente recorre la habitación de hotel hasta llegar a la mesita junto a la puerta, sobre la cual se encuentra su billetera. Se abotona su camisa y estudia cuánto dinero lleva consigo, con algo de preocupación.

Me acerco a mi maleta y la abro rápidamente, para examinarla hasta encontrar algo de ropa decente.

- ¿Vamos? - pregunta.

- ¿Estás bromeando? Aún llevo puesta la ropa de la boda, deja que me cambie a algo más cómodo, Billie- encuentro una camiseta con el logo de los Sex Pistols que no había usado hace un tiempo ya. Me roba una sonrisa, por lo que la separo para poder usarla luego. Continúo rebuscando hasta hallar mi vaquero de "escritura", el único pantalón que puedo usar cuando estoy frente a una máquina de escribir o una pluma.

Me enderezo y comienzo a desabotonar mi camisa, solo para encontrarme con los ojos de Billie claramente emocionados desde el otro lado de la habitación.

-Pareces un niñito de doce, Billie- mascullo, colocándome la playera.

-Lo siento, no te he visto así sobrio desde ya hace un tiempo- su voz suena ronca y algo avergonzada.

-Si sigues actuando así no me quitaré el pantalón, anda date vuelta- ordeno, haciendo un gesto con mi mano.

-Vale, vale- accede, alzando las manos y volteándose, quedando de cara a la puerta.

Me visto rápidamente y me acerco para darle la mano.

- ¡Estás vestida! -exclama sarcásticamente, comenzando a girar el picaporte.

-Lamento decepcionarte, cariño.

-A mí no me digas cariño, que no soy Tré.

Abandonamos el hotel y comenzamos a atravesar las calles de California.

- ¿Qué quieres comer? - pregunta, cruzando la calle.

-No lo sé- bufo, tratando de pensar- ¿Qué tal pizza?

-Pizza suena bien...

Es entonces cuando alguien me toma por el cuello de la playera y me grita, algo enfadado:

-¡Eileen!

¡Hola! Recién hoy pude actualizar, y lo he hecho con mucho gusto. Os extrañaba.

Espero disfruten el capítulo y lamento la tardanza y la hora en la que lo he subido.

A partir de hora la historia comienza a ...florecer. Prepárense.

-Punkn0tdead

Homecoming [Give me Novacaine #2]Where stories live. Discover now