Capítulo 12

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[Antes de que lean el capítulo, responderé a  las preguntas que seguramente se están formulando en su cabeza:

¿Estoy de vuelta? Ni yo misma lo sé. No estoy pasando por un buen momento, pero había olvidado lo mucho que escribir me ayudaba. Lo único que sé ahora mismo es que por el momento esto es lo que quiero hacer, y si de paso puedo ayudarles o alegrarlos con mis palabras (me parece muy poco brobable), mejor. Les aprecio muchísimo y los comentarios que me dejaron en la "despedida" son algunas de las cosas más bonitas que me han dicho en toda la vida. El capítulo será corto, pero trataré de hacerme un huequito mañana para subir otro, sepan disculpar.]

Me volteo bruscamente, algo enojada y sintiendo algo de asfixia ante la tensión que el cuello de mi camiseta provoca sobre mi tráquea. Al notar que estoy forcejeando, la persona se detiene y aprovecho el momento para tomar una gran bocanada de aire. 

—Mike, ¿qué cojones quieres?— le digo entre dientes, provocando que algunas gotitas de saliva vuelen por el aire en su dirección. Billie continúa caminando, creo que no ha notado que me abdujeron. 

Mi hermano me observa con aprensión, Brit encontrándose a su lado y luciendo indifertente; sé que no quiere meterse en el medio de un embrollo familiar. 

—Quiero que me digas qué mierda planeas hacer de tu vida— dice en una voz bastante elevada, frotándose la mejilla con el dorso de su mano, limpiando las gotas de saliva que le salpiqué.

—Hago lo que quiero, punto— contesto, cruzándome de brazos y frunciendo el ceño. Billie comienza a caminar en esta dirección y la mirada de preocupación que predomina en su rostro me inquieta levemente.

Mike lo observa acercarse y aprovecha los pocos segundos que nos quedan a "solas" para murmurarme:

—Sabes que volverá a arruinarte la vida, ¿verdad?— parece preocupado, y sus ojos claros me observan sobreprotectoramente.

Asiento levemente como respuesta.

—Lo hará, pero de todos modos sin su ayuda yo me encargaría de eso por mi cuenta— me encojo de hombros y le doy un beso en la mejilla. 

Mis ojos se dirigen a Brit y le sonrío levemente, alzando mi mano para saludarla.

—¿Sucede algo?— oigo la voz de Billie proveniente de mis espaldas. Coloca una mano sobre mi hombro y se mantiene firme detrás mío, como esperando un reproche.

—No— Mike ríe forzadamente—. Simplemente pasamos para saludar.

—De todos modos, ¿qué hacen tan temprano en la calle después de su noche de bodas?— pregunto, tratando de iniciar una conversación trivial.

Mike y Brit comparten una sonrisita rápida, como si la respuesta se tratase de un chiste privado.

—La novia quería una hamburguesa, a pesar de que la casa está llena de comida sobrante de ayer, pero ella quería una hamburguesa— dice él, con tono condescendiente .

Continuamos intercambiando palabras, sin demasiado interés en ello, hasta que se despiden y Billie me toma de la mano para alejarnos. 

Las palabras de Mike me mantienen algo alerta, y comienzo a analizar las posibilidades de que mi vida se desplome. Recuerdo las pastillas y el alcohol, todo aquello que me había tirado abajo bastantes años atrás. 

¿Hay alguna posibilidad de que aquellos malos hábitos regresen? No lo sé, tampoco planeo averiguarlo. Trataré de mantenerme fuerte y hacer que el vínculo que comparto con Billie sea lo suficientemente poderoso como para mantenerme en pie.

Continuamos caminando hacia la pizzería, y Billie no para de mirarme. Ha notado que algo anda mal.

—Eileen, ¿qué te dijo Mike?— su voz suena débil, no quiere entrometerse demasiado, pero sé que la situación lo amerita.

Aprieto su mano levemente y sin levantar la vista de las baldosas que comienzan a aparecer y desvanecerse mientras continuamos avanzando.

—Nada, creo que estoy demasiado...— busco la palabra exacta—paranoica. 

—¿Qué te preocupa?— pregunta al detenernos frente a un semáforo en verde.

Me volteo para mirarle a los ojos, aprovechando la espera para poder cruzar la calle. Le acaricio la mejilla levemente y le doy un beso en la comisura de los labios.

—Nada, realmente— miento de forma descarada—. Anda, apuremos el paso, me muero de hambre.

Finalmente nos vemos ante la oportunidad de cruzar la calle. Billie sonríe y yo también, me siento relajada, mi respuesta le ha bastado.

Es entonces cuando veo su silueta en la distancia, al menos pienso que es él.  Me encojo levemente, intentando pasar desapercibida. Mis manos se cierran en torno al brazo de Billie, estrechándome contra él.

—¿Qué sucede?— pregunta.

—Tré...

Homecoming [Give me Novacaine #2]Where stories live. Discover now