3- Jazmines

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A la mañana siguiente, me desperté a eso de las 9:00, lo comprobé cuando desbloquee el celular que estaba cargando a mi costado. Vi a mi amigo recostado en la cama de al lado con unos shorts y remera que supongo había sacado de mi cajón de los pijamas donde siempre dejaba alguno que otro suyo para cuando se quedaba a dormir.

Trate de hacer el menor ruido posible, pero me estaba haciendo pipí y para ir al baño tenía que pasar sobre él, así que con mi mayor esfuerzo me pare y pase una pierna y luego la otra por encima suyo.

Cuando volví, ya estaba despierto viendo su celular con los pelos todos despeinados al igual que yo cuando apenas me levante, al verme en el marco de la puerta me sonrió y me dijo buen dia. Me acosté junto a él en su cama y recosté mi cabeza en su hombro mientras veíamos juntos sus redes sociales.

Era sábado por lo que no debíamos ir al instituto obligatoriamente, podíamos realizar un viaje en mi casa si queríamos ya que estábamos juntos, estos se podían realizar donde quisieras mientras estuvieran con un compañero preferentemente el de misiones ya que necesitabas a alguien que conectara y desconectara el hilo que te mantiene en el presente en caso de emergencia, por lo que para viajar siempre se necesitaban dos hiladores, ¿podrías hacerlo tú solo? la respuesta es sí pero se prohibió hace muchos años ya que desconectar tu hilo solo era fácil pero volverlo a conectar una vez que estabas dentro era más difícil, porque estos se volvían poco visibles por ti debido que la atención se ponía en aquellos de la persona a la cual le pertenecía el futuro, muchas personas habían quedado atrapadas en memorias eternas debido a que se quedaron tanto tiempo en un viaje que su esencia se perdió y cuando fueron encontradas, su hilo de la realidad había desaparecido por la cantidad de tiempo que estuvieron en un recuerdo de otra persona lo que básicamente consiguió que su mente creyera que eran parte de él y lo aceptaran como su realidad.

Tae y yo no solemos hacer viajes fuera del instituto porque nos gusta el silencio que las salas de los recuerdos nos proporcionaban ya que para que pudiéramos desconectar las cerdas del otro necesitábamos plena concentración, lo que esas salas nos daban, igualmente muchas personas no tenían preferencia ya que hace tanto que estaban con su compañero de misión que ya les resultaba muy fácil viajar o simplemente preferían otro lugar que no fueran las salas, pero bueno cada uno con lo suyo y para gustos hay colores.

-¿Bajamos a desayunar?- le pregunté somnolienta.

-mhmm- dijo en forma de si.

Nos levantamos y en pijama encabezamos el camino a mi cocina, abajo no había nadie, seguramente éramos los únicos que tuvimos la voluntad de levantarnos de nuestra amada cama.

-¿Cafe, leche, té o jugo?-

-Jugo está bien- me respondió, con el rabillo del ojo lo vi sacar dos vasos de la alacena en lo que yo abría la heladera y buscaba el jugo.

-Tengo unas galletitas que cocine el otro dia- ofrecí poniéndolas sobre la mesa donde ya se había sentado.

-Gracias-

El tiempo pasó rápido entre charlas triviales y la organización de nuestra siguiente semana, al terminar levantamos todo y volvimos arriba, le pregunté si nos cambiamos y salíamos a pasear un poco por el barrio aprovechando que el día estaba muy lindo, a lo que me contesto que si.

Nos cambiamos y salimos por la puerta delantera esta vez, enfrente el vecino estaba regando las plantas de su jardín por lo que lo saludamos con un buenos días y seguimos nuestro camino.

-Es por esto que me gusta donde vives- me dijo cerrando los ojos, -Todo es más puro, hasta el aire, la gente sale de sus casas a los jardines para disfrutar el día, como si les gustara el contacto con la vida-

𝓌ℴ𝓃𝒹ℯ𝓇𝓌𝒶𝓁𝓁//𝒿ℯ𝓃ℴWhere stories live. Discover now