7- Decisiones

43 8 5
                                    


Con Tae fuimos a la sala 7, la que daba justo al patio interno del instituto.

Hoy le tocaba a él hacer el viaje y yo  verlo desde afuera y así lo hicimos, era temprano. No como ayer por suerte.

Al entrar,  fui directo a la pequeña mesa que había y él se encaminó a la camilla frente de la misma. La verdad que parecía un consultorio de un doctor, si alguien entrara sin saber lo que realmente se hace aquí, seguramente lo relacionaría con uno.

-Bueno, cuando quieras empezar lo hacemos- le dije cuando lo vi acostado en la camilla

-Desconectame tu por favor- me respondió

-Como gustes, estate cómodo y cierra los ojos, concéntrate en mí únicamente y en la sensación que te transmite un viaje-

Yo también cerré los ojos pero al contrario que el me centre solo en su persona, rápidamente los volví a abrir, ya podía ver todos y cada uno de sus hilos pero estaba buscando solo uno en específico, el de realidad, y ahi lo encontré entre todos los demás. Era uno de los hilos más gruesos que una persona tenía. Solo pensar que sin este no estaríamos en el presente. Es muy difícil de romper o incluso para mi desconectarlo pero claro se podia. Tenía  estas características sobre todo para no modificar el orden del tiempo en la vida de las personas con facilidad.

Una vez lo encontré reuní todas mis energías y con la fuerza de mi propia mente, digamos, lo desconecte y pasado unos segundos el viaje de Tae dio comienzo. Como si yo estuviera viendo un recuerdo de él todo se empezó a proyectar frente a mi.

Yo veía todo lo que el hacia pero el no me podía ver a mi, solo sabía que yo me encontraba en el lugar pero no veía nada de mi, es por eso que en el caso de necesitar mi ayuda tenía que llamarme o darme alguna señal, cualquier cosa que lograra llamar mi atención para poder darme cuenta.

Taeyong apareció en lo que parecía el recuerdo de un niño, estos eran los más divertidos, porque para los niños era muy simple cambiar su destino pero también eran difíciles por esta razón ya que había muchísimas cosas o cuestiones dentro del mismo.

Era un niño que parecía de entre unos 7 o 8 años tal vez. Estaba sentado en el banco de la escuela, y Tae empezaba a hilar, por lo que ante mis ojos la escena se iba completando, estaba solo, no había nadie con él. En eso otro pequeño entra por la puerta y dice  "¿Quieres salir a jugar conmigo?" el niño sentado pareció dudar y no contestaba. Ahí  es cuando digo que los recuerdos futuros de los niños son difíciles. Piensen, un niño tiene miles de cosas en su cabeza, está aprendiendo a desenvolverse y la cantidad de hilos a hilar o agregar eran una series de infinitas opciones reducidas al comportamiento de un pequeño obviamente. El chiquillo movió la cabeza en forma de asentimiento, sabía que Tae había hilado timidez e inseguridad en la situación.  De a poco se fue levantando de su asiento y se acercó al otro quien le preguntó cuál era su nombre, "Jun", eso había comentado el  tímido pequeño, pero el otro siguió como si de un monologo se tratara "el mío es Taehyun, espero que seamos buenos amigos" . Mi corazón se derritió  de dulzura ante la inocencia de la situación.

Nosotros como hiladores es verdad que armamos e hilamos. Somos gran parte de que el rompecabezas final del destino se complete con cada pieza de el mismo, pero no todo está en nosotros, cada persona también toma decisiones sobre el mismo. Las acciones que nosotros vamos hilando para formar la escena, cada una de ellas al igual que las sensaciones tienen la esencia de cada persona a la que le pertenecen, son tus decisiones las que sellan el destino. Nosotros vamos hilando a medida que estas van apareciendo en nuestra visión, no creamos acciones repentinas porque eso sería crear algo a base de nuestra personalidad y no lo que la otra persona haría que es lo relevante.

𝓌ℴ𝓃𝒹ℯ𝓇𝓌𝒶𝓁𝓁//𝒿ℯ𝓃ℴWhere stories live. Discover now