Prólogo

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La melodía sonaba hermosa en los recuerdos de ella, exactamente como si la hubiera escuchado hace algún tiempo, es sus sueños o tal vez en las calles bajo la Luz de la luna mientras paseaba con algunos de los vestidos que tanto amaba y reflexionaba sobre su vida.

Se había despertado en el cuerpo de una chica, se acercaba lentamente hacia donde provenía aquella hermosa melodía, juraba que se sentía como aquellos ratones en el famoso cuento del flautista de Hamelin, tan atractiva que era lo único que podía percibir en aquel instante, no veía hilos en ningún lugar, sus ganas de bailar eran inmensas, pero no lo hizo, como si controlara su futuro, pero ¿quien la vería?, sintió incertidumbre pero no podía crearla, como si alguien la controlara, no era más que una joven muchacha en las calles de una hermosa ciudad, no era más que una chica, sintió rastros de enojo y tristeza pero no podía tejer ninguno de los dos.

Su vestido rojo se levantaba por la brisa que rondaba a través de sus piernas al caminar, las flores amarillas en el parecían cobrar vida, sus zapatos negros chapoteaban con algunos charcos que habían aparecido gracias a la lluvia que había pasado por allí, toda esta secuencia la había creado hace un año.

De a poco dejo de escuchar la melodía, cada vez la sentía más lejana, algo parecía haberse extinguido en su interior, la música, la hacía sentir especial, única, como si alguien se fuera a fijar en ella, como si a alguien le importara, todo aquello, desaparecía junto a la melodía, la visión se volvió poco certera no sabía lo próximo que se acercaba, cerró su paraguas, se dejó mojar por algunas pequeñas gotas de lluvia que caían del cielo, vio las nubes y pidió un deseo, ella quería ser recordada y quería dejar una huella, ser alguien especial, dejó de poder hilar, no sabía lo próximo que pasaría como si el tiempo se hubiera parado y la imagen se hubiera pausado, la visión se detuvo.

𝓌ℴ𝓃𝒹ℯ𝓇𝓌𝒶𝓁𝓁//𝒿ℯ𝓃ℴWhere stories live. Discover now