Twice-One Shots.

38.2 JeongMi

Weed.

-No ha cambiado nada de mi, solo me gustan las chicas ¿Tiene eso algo de malo?, ¿es culpa de Mina? Talvez si...-dijo Jeongyeon en voz alta mientra daba otra aspirada a su cigarrillo.

(...)

Mina trató de ahuyentar aquel fuerte olor de su habitación mientras abría ventanas y sacudía sabanas pero era inútil el olor seguía allí.

Simplemente lo dejó pasar, tratando de que no le afecte, echándose algo de perfume en sus manos y cuello para que aquel refrescante aroma la distraiga por un rato.

Mina se sentó en sus escritorio frente a su laptop, sacando unos apuntes de un cajón que estaba al lado, tratando se pone toda su concentración en sus tareas y trabajos, pero era complicado, no podía dejar de pensar en la conversación que había tenido con Sana acerca de Jeongyeon. Estaba preocupada y en parte dolida por El Fuerte distanciamiento que habían conseguido crear entre ellas dos.

La joven tenía en mente que sus estudios son primero que cualquier otra cosa, por ellos borró casi todos sus pendientes externos y se enfocó en sus lecturas "importancia de saber entender", era el título, trató de buscarle el sentido a los escritos, pero le era complicado.

Cuando finalmente logró si quería entender un párrafo debido a su poca concentración en el tema, sintió que la puerta se abrió, Jeongyeon ingresó, el olor a esa sustancia rara de hace un rato opacó por completo el olor del suave perfume de Mina.

Antes Mina y Jeongyeon hubiesen sido tan felices compartiendo habitación que los momentos divertidos para ambas, jamás se acabarían, pero la actitud de la mayor hacia que Mina no quisiera hablar con ella, pues parecía enojada o resentida por alguna razón.

Antes ambas eran inseparables, Jeongyeon siempre la despertaba cuando Mina se dormía en clases por desvelarse estudiando con un: "Despierta hermosa" En el oído, ahora ni si quiera le da las buenas noches.

Hace tiempo ambas no eran nada pero a la vez lo eran todo, nunca se habían declarado mutuamente, ni se habían dicho el típico "me gustas" pero eso estaba de más, estaba de sobra. Lo hermoso no se dice con simples palabras, se vive al máximo cada día. Era lo que amabas pensaban cada vez que se veían. Eran tan felices.

Mina sufría cada vez que recordaba aquellos inigualables momentos al lado de su ahora callada y fría compañera de piso.

Mina miró a Jeongyeon quien pasó de largo y se metió al baño.

¿Como es que una relación puede cambiar tanto? Algo que veías como una utopía y de la nada se torna a todo lo contrario ¿Como era eso posible? Es extraño aquel vacío sentimiento.

Mina logró oír el relajante sonido de la ducha, supuso que Jeongyeon estaría bañándose y simplemente se limitó a seguir buscando más información en su computador acerca de su trabajo.

(...)

Unos diez minutos habían pasado y Jeongyeon salió por aquella puerta, vestida y con el cabello húmedo, un rostro completamente natural. Tenía otro de aquellos peculiares cigarrillos siendo sujetado entre sus rosados labios, Mina reaccionó, pues esta vez el olor era intenso. Un aroma combinado entre productos para el cabello y este fuerte olor a cigarrillo "extraño" según Mina.

-Apagalo Jeongyeon unnie-dijo sin pensarlo. Trató de sonar lo más educada posible.

Jeongyeon la miró y soltó una pequeña risa burlona. Mina se sintió intimidada, pero al mismo tiempo estaba harta de tener que presenciar ese olor todos los días de su vida y que ahora no contenta con el cigarrillo, ahora era otra sustancia que probablemente sea más tóxica, Mina seguía en un intento de descubrir que rayos era eso.