CAPÍTULO 25

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Di miles de vueltas sobre la cama. No podía dormir.

Me deslice suavemente, tratando de no despertar a mi hermana.

Abrí la puerta, lentamente y comencé a bajar por las escaleras. El castillo se encontraba muy silencioso, tan sólo el ruido de la noche reinaba por los desabitados pasillos.

Me adentre a la sala, y tomé una pequeña botella de vidrio que contenía licor. Incline la botella, y llene mi pequeño vaso de vidrio.

La confesión de mi hermana, me angustio mucho. Pero no tanto, como lo imaginé.

Era raro.

Era como si lo que hiciera math o dejará de hacer, ya no me importaba.

Era como si ya lo olvidé.

Bebí el licor, de un sólo trago. Agradeciendo a todos los dioses por ese trago amargo,y caliente, que recorrió mi garganta.

Lo necesitaba.

Y necesitaba más, así que me serví otro poco.

Pero está vez, math no era mi preocupación. Sino, mi hermana.

¿Qué haríamos ahora?.

Tarde o temprano, el esposo de mi hermana vendrá en su búsqueda.

Incline el vaso, dándome el privilegio de degustar una vez más ese licor.

Pero como si fuese una adicción, me serví un tercer vaso. Lo incline, para beberlo de un sorbo, pero me detuve a mitad del camino.

-cada vez me sorprende más, señorita bonnie- su voz, me sobresalto.

Di media vuelta, encontrandome con el señor ken.
Se encontraba,cómodamente,sentado sobre uno de los sofás, sosteniendo una copa de licor entre sus manos.

Tuvimos la misma idea.

Sorprendida, me pase las manos sobre mis labios, para quitarme el excedente de licor.

-señor ken....- murmure.

Ken se puso de pié, bebiendose todo su licor.

- jamás imagine que fuera una mujer que bebiera por las noches- caminó hasta detenerse justo en frente de mi.

La luz nocturna que se filtró por las ventanas, me permitió admirarlo mejor. Llevaba puesta ropa de dormir y tenía todo su cabello desordenado. Sus ojos, se veían más salvajes y fríos. Brindandole una mirada poderosa e inquietante. Los indicios del crecimiento de su apenas visible barba, lo hacían más fuerte y apuesto.

- no lo hago muy seguido- confesé, bebiendome el tercer vaso.

Su mirada, recorrió mi rostro, acelerando los latidos de mi corazón.

Esto es de lo que hablaba mi hermana.   La explosión de emociones que se experimenta al estar tan cerca de un hombre.....

La atracción.

-¿y porque lo está haciendo ahora? ¿qué es lo que la tiene tan preocupada?- preguntó, muy interesado.

- mi hermana- me aleje, tomando asiento sobre uno de los sofás -y el esposo de mi hermana- confesé.

- No entiendo la razón por la que deba estar preocupada- dijo, sirviéndose un poco más de licor. Y permitiéndome admirar su ancha espalda.

-existe una gran posibilidad de que los encuentren- le expliqué.

-aquí están a salvo- dio media vuelta, permitiéndome admirar su rostro.

-¿y si llega hasta aquí?- pregunté.

MI AMADA REBELDE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora