CAPÍTULO 2

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Fue en una fiesta a la cual fuimos invitados.

Fue una noche fría.

Fue un día inesperado.

En la cuál, la conocí.

Recuerdo que estaba apoyado contra un árbol, porque esté tipo de fiestas me resultaban aburridas. Las muchachas no eran de mi gusto, y la comida tenía un sabor muy distinto a la de mis tierras.

-¡ahgggg!- escuché que alguien gritó con odio.

Fue entonces cuando levanté la vista.

Y la vi.

Una joven.

Una hermosa joven.

Sus cabellos danzaban con la brisa nocturna.

Con ese vestido que resaltaba la belleza de su rostro.

Fue entonces, cuando me llevé una mano al corazón para sentir los latidos desbocados y alocados que mi corazón daba.

Sus puños estaban apretados, con odio.

Cerró sus ojos, tomando una bocada de aire.

Buscando la paz.

Tranquilidad.

Me puse recto, y comencé a caminar en su dirección.

Quería hablarle.

Quería que sus ojos se encuentren con los mios.

Quería conocerla.

Pero la chica, dio media vuelta y se metió, nuevamente, a la fiesta.

Sin dudarlo, la seguí.

Debía saber quién era.

Seguí sus pasos.

Note que sus manos aún estaban apretadas, con mucho odio.

Comenzamos a abrirnos paso entré las personas.

Hasta que se detuvo, en frente de una mujer mayor.

-oye.....larguemonos de aquí- escuche la voz de mi hermano.

Pero mi vista seguía fija en ella.

Sólo podía observar su espalda. Y como esa mujer mayor, estaba discutiendo con ella.

-ey, ¿acaso no me escuchas?- se molestó, mi hermano.

- Si, aguarda- le pedí.

Las observe discutiendo un poco más, hasta que finalmente, ella, se dio media vuelta.

-¿qué esperas?- preguntó, el impaciente de mi hermano.

-aguarda...- tan sólo respondí.

Sus ojos, recorrieron el salón, en busca de una persona.

Hasta que sucedió algo increíble.

Su mirada chocó con la mía.

Sus ojos son negros.....

Tan negros y profundos que deseaba perderme en ellos una y otra vez.

Apartó la vista, y seguio buscando a esa persona. Que al parecer no era yo.

-la chica, ¿quién es?- le pregunté a mi hermano.

Parece que finalmente su mirada encontró a esa persona que tanto buscaba, porque sonrió.

Una hermosa y liminosa sonrisa.

-te lo diré en el camino, si nos largamos ya- respondió mi hermano.

MI AMADA REBELDE Where stories live. Discover now