CAPÍTULO 4

7.6K 517 10
                                    

Su mirada que se asemejaba a un cielo muy brillante, inquieto a la mía, de una forma muy extraña.

apreté mi ceño.

Su brillante sonrisa, una pícara y provocativa, intentó robarme un aliento. Falló.

Sus labios besaron mi mano, con suavidad y pausadamente. Como si quisiera que el tiempo se detuviera en este preciso momento.

Una mueca por mi parte, le demostró que no me interesaba en lo más mínimo.

Seguro que es un mujeriego.

Estará acostumbrado a tener cualquier damisela con sólo su mirada. Pero yo no soy así.

-ken- se presentó.

Ahhh.

Ahora lo recuerdo.

Es él hombre al que moje.

Y está acompañado de su hermano.

Al que también moje.

¿cómo era su apellido?.

McCam....

Cam....

McCambridge.

No conozco ese apellido. Así que es más que probable que sean de tierras muy lejanas a las nuestras.

¿pero qué hacen aquí?.

¿por qué han viajado de tan lejos?.

- por favor, pasen- los invitó mi madre.

Recuperé rápidamente mi mano. Mirando a un costado.

No estaba interesada en los hermanos McCambridge. Pero al parecer, mi madre si.

Pensándolo bien, es raro que estén aquí.

¿por qué se encuentran aquí?.

Al pasar a mi lado, la sonrisa del tal señor ken se volvió más pícara y brillante.

Rodé los ojos y cerré la puerta.

Subí las escaleras y me encerre en mi habitación, como lo hacía siempre que mi madre invitaba a mis pretendientes o a mis futuros esposos.

Me acerqué a la ventana, y me perdí en el verde del bosque.

Mi padre ha trabajado muchos años para tener lo que tiene hoy en día. Tubo que hacer algunos sacrificios, y defender sus tierras cuando otras personas querían robar lo es nuestro.

Recuerdo cuando corría libremente por el bosque, era apenas una niña. Como mis padres jugaban conmigo.

Éramos tan felices.

No entiendo porque cambiaron tanto, a tal punto de querer casarme con cualquier persona. ¿Acaso ya no me aman como antes?.

-señorita- la voz de una de las sirvientas me sacó de mis pensamientos -una carta, para usted- llamó mi atención.

Camine hasta detenerme en frente de la sirvienta que extendió la carta.

Tome la carta, y le pedí que se retirará.

Me senté, sobre mi cama, abrí la carta con mucho entusiasmo y esperanzas.

Sonreí.

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

Tiré mi cabeza hacia atrás, disfrutando la paz del lugar.

Adoraba bañarme en el río.

Antes, mi hermana y yo,veníamos más seguido. Pero desde que se casó, son escasos los momentos en que puedo estar con ella.

MI AMADA REBELDE Where stories live. Discover now