CAPÍTULO 5

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-conocí a su padre, hace unos años atrás- dijo mi padre.

Estábamos en una cena.

Ya habían pasado cuatro días desde el incidente del río, pero aún así, no podía ver al señor ken a la cara.

Es un pervertido.

-No nos ha comentado sobre usted- habló keir, el hermano de ken.

Ambos hombres son tan fuertes e intimidadores, pero yo se que uno de ellos es el más pervertido que el otro.

Por lo que mi madre me comentó, el señor keir viajó de tan lejos en busca de una esposa. Al ser el hermano mayor, y heredero de todo, debe casarse con una mujer adinerada.

Mientras esa mujer no sea yo. Todo estará bien.

Los ojos de keir se encontraron con los míos. Eran fríos y aterradores.

No eran como los de su hermano.

De seguro es un hombre recto y malhumorado.

Luego, miré a ken, que estaba mirando a su hermano con el ceño apretado.

-¿y usted señor ken? ¿también piensa en casarse?- le preguntó mi madre.

De seguro que está pensando: si keir no quiere a mi hija, tal vez se la puedo dar a ken.

- no...- sonrió keir - mi hermano no es hombre de casarse- negó.

Lo sabía.

Es un mujeriego.

-vaya, es una lástima. Tiene más que edad suficiente para casarse- sonrió mi madre -debería buscar una buena mujer- lo aconsejo.

Rode los ojos.

Lo único que le faltaba era decirle: le doy a mi hija.

-Bueno. Señor keir, espero que encuentre a esa mujer- aportó mi padre -mientras tanto, y como ya le dije, usted es bienvenido a nuestra casa. Y puede permanecer los días que quiera aquí- aseguró.

Miré a mi padre, sin poder creer lo que había dicho.

¿ellos se iban a quedar aquí?.

-es muy amable de su parte-agradeció el señor keir.

Al terminar la cena, salí en busca de mi padre.

Entré al escritorio y cerré la puerta, luego de mi paso.

-ohhh, cariño. ¿qué trae por aquí?- soltó mi padre, sentado en su enorme sillón. Estaba por leer un libro.

-¿ellos se van a quedar aquí?- fui directa.

-así es, cariño. No tienen un lugar donde puedan hospedarse. La mayoría de las familias les cerraron la puerta en la cara- confesó.

-pues... que se vuelvan a sus tierras- me crucé de brazos. Enojada.

-cariño.... sólo serán unos días- sonrió.

-padre- me acerqué a él - mi madre está desesperada por que me case, que es capaz de regalarme al señor keir- solté. Preocupada.

-cariño, no pienses mal en tu madre. Ella hace lo mejor para ti- tomó mi cara - Pero no te preocupes. Yo, no permitiré que te cases con los hermanos McCambridge. Puede que otro hombre si. Pero ellos no- negó -soy amable con ellos por temor, pero no les dare a mi hija. No quiero tener relación alguna con ellos. No quiero que mi sangre se mezcle con la de ellos- confesó.

Apreté mi ceño.

¿por qué mi padre no los quería?.

¿por qué mi padre habla de ellos como si fuesen una cosa maligna?. Una peste.

MI AMADA REBELDE Where stories live. Discover now