Capítulo 11

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—...Killua.

La tensión se hizo una tonelada de veces más pesada.

Gon decidió callar y esperar, sabiendo que a Kurapika le costaría mucho decir algo oportuno ante tamaña sorpresa.

— Kalluto me lo dijo— El rubio se paralizo— Él se unió al Genei Ryodan, un clan de ladrones homicidas, para llamar mi atención. Él decía que deseaba ser libre y que compartía mis sentimientos, cuando yo sabía que eran mentiras para que le hiciera más caso que a Alluka, a quien odia. En una ocasión, Kalluto hablo de un tal "Ojos Rojos" que asesino a dos miembros de la banda antes de su entrada. Él nos lo contó como una historia de sobremesa, pero yo ate cabos.

— ¿Por eso estabas tan raro desde que llegamos?— Quiso saber Gon.

— No, ya venía sospechando desde hace un tiempo.

— Aguarda, ¿Tu sabias lo que Kurapika planeaba...?

— No exactamente, pero como vengo de una familia de locos, me suponía para que me querías. No estaba equivocado. Querías matarme, ¿no es así, Kurapika?

No había cambiado un ápice, su voz ni su expresión facial, pero Kurapika sabía que lo miraba con ira incontenible bajo esa fachada de tranquilidad.

— Sí...— No quedaba escapatoria, solo la verdad— Pero... ¿Porque? Si lo sabias, ¿Porque me dejaste continuar?

— No esperaba que quisieras venderme a Illumi.

Eso fue...brutal. Gon dio una exclamación horrorizada y el peso de su culpa aumento más.

— ¡¿ibas sacrificar a Killua?!

— ¿Porque lo permitiste?

— Dejemos algo claro— Killua puso sus brazos a los costados y los miro a ambos, con una intensidad que chispaba— Yo nunca confié en ti— Hasta Gon supo, nada más ver la cara del Kuruta, que esas palabras dolieron a mil puñales— Pero..., eso no tiene nada que ver con el hecho de que...Tú me gustas.

El asombro le baño la cara. Con tantos secretos, revelaciones y desprecios, ¿Todavía-?

— ¡No, no! ¡No quiero!

Una puerta fue abierta bruscamente y Alluka apareció, a punto de echarse a llorar. Alarmado, el albino quiso saber que le pasaba cuando se le vino encima, golpeándolo en el pecho con sus pequeños puños.

— ¡Oye, detente! ¿Qué te pasa?

— ¡Hermano mentiroso!— acuso, molesta— ¿Me engañas mientras duermo? Me juraste que me querías solo a mí, ¿era mentira?

Sus reclamos eran tan infantiles como una rabieta y Killua, oyéndola mejor a pesar de sus gritos, trato de contenerla, nervioso por como entendía las cosas.

— Si te quiero, Alluka. Te adoro.

— No te creo— chillo, resentida.

— No miento— Quito sus débiles manos y la abrazo delicadamente— Eres lo más sagrado de mi vida, Alluka, mi única hermana.

Alluka empezó a sollozar, humedeciéndole la camiseta.

— ¿Ahora porque lloras?

— ¡Dude de ti, soy tonta y mala!

— No, no...Deja de llorar.

Observando esta insólita y tierna escena, Gon y Kurapika no supieron dónde meterse. Quien viera lo mismo que ellos diría que allí había un serio caso de complejos fraternales. Killua jamás mostró esa faceta cariñosa y sumisa, ni Kurapika la conocía, y Alluka era tan delicada de sentimientos que dependía de su hermano para confortarla.

Romance de VenganzaWhere stories live. Discover now