Capitulo 6

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Para este capítulo les recomiendo escuchar "If Only" de Dove Cameron. Me inspire mucho esta canción, imaginándome a Kurapika en su dilema y fraseando la canción.

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La seguridad fue lo menos que sintió Kurapika al ver a Killua en el pasillo. Su cerebro aún se hacía cien cuestiones y su cuerpo se movía automáticamente, tratando de mantenerse tranquilo. La primera parte estaba hecha, solo quedaba guiar al menor.

— Estoy aquí— anuncio Killua— Oye, ¿Y esa cara?

— Estuve discutiendo con alguien que me dio muchos dolores de cabeza.

— ¿Ah, sí?— Killua se sorprendió, que alguien pusiera de los nervios a alguien tan equilibrado como él le sonaba sorprendente— ¿Acabaste ganando, no?

—...Sí, supongo— contesto, tomado por sorpresa.

"Estoy ganando, voy a ganar cuando te entregue a tu hermano y sueltes todo lo que no me dijiste", rectifico mentalmente.

— Me lo imagine— Sonrió a medias, mirándole con preocupación por la palidez de su rostro— ¿Adónde iremos?

— A un modesto restaurante en la estación de trenes. Sería mejor bajar por la escalera que da a la cocina, así no nos tropezaremos con los cuartos. Es tarde pero algunos aspirantes deben estar despiertos y no pueden descubrirnos salir por la noche.

— Como digas— cedió, sin una pizca de sospecha al ser el primero en ir a la escalera.

Sus pies siguieron como poseso a Killua. El silencio de la noche contradecía a sus ruidosos pensamientos. Le dolía la cabeza, tenía jaqueca. Antes de darse cuenta, estaba en la cocina, caminando entre las mesadas llenas utensilios y máquinas de la profesión. Killua iba a delante, sin prisas ni temiendo nada. El confiaba, no se le ocurriría ni por asomo que lo estaba conduciendo hacia una trampa.

Su confianza le fragmento el corazón, a dudar y sentirse peor que un traidor.

Gon tenía razón. Killua era un ser inocente que no sabía nada. Solo con verlo caminar ingenuamente a su perdición estaba más que claro. ¿Cómo podía sacrificar la vida de ese niño por su egoísmo, por su triunfo? ¿La venganza justificaba sus actos, valía que pusiera en juego la existencia de Killua, su integridad?

De todas las preguntas, solo quería hacer una y no podía resistirlo más.

— Killua.

— ¿Si?

— ¿Yo te gusto?

En la oscuridad, pudo ver como detenía su andar y daba media vuelta para mirarlo con sus confusos ojos azules.

— ¿Qué dices? Pues, claro.

Killua... Él era capaz de desarmarlo en un instante.

Sus ojos grises descendieron al suelo, patitieso del asombro. El corazón latiéndole a gran velocidad.

— Tú... ¿Confías en mí?— murmuro, cargado de nerviosismo.

— ¿Qué cosas estas diciendo ahora? ¿Por qué preguntas?— inquirió el albino, arqueando las cejas y volviendo a su lado en medio del pasillo para corroborar que estuviese bien.

Su cuerpo no le respondía. El peso de la culpa se hizo más grave, imposible de sobrellevar. No quería... No quería entregarlo y que hurgaran en su cerebro. ¿En serio tenía que sacrificar a Killua para ganar?

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