Capitulo 31.¿Le gusto?

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Especial de Navidad 2/3

— Hayes, detente por favor. Hablemos.

— No hay de qué hablar, es asunto mío.—gruñó y salimos de la escuela.

— Por favor, Hayes. Sólo dime qué pasó, tal vez pueda ayudarte.—dije y tomé su hombro para girarlo hacia mi.

Tenía los ojos cristalizados y sus mejillas estaban algo rojas por la furia. Se soltó de mi agarre y se echó para atrás.

— No entenderías, Nash.—negó con la cabeza.

— Déjame ayudarte...

— ¡No puedes! Simplemente no...—arrojó su mochila al pavimento y la pateó lejos.

— Hayes, cálmate...

— No, Nash. ¡Entiéndelo! Ni tu ni nadie me puede ayudar.

— Pero... ¿Tan malo es lo que pasó?— pregunté con preocupación al ver que sus primeras lágrimas empezaban a brotar.

— Para mi si lo es, pero estoy seguro de que a ti no te importaría.—sollozó y se dio la vuelta.

Me acerqué e intenté abrazarlo pero una vez más se soltó.

— ¿Por qué aseguras que no ha de importarme?— murmuré.

— Porque siempre tienes lo que quieres...—hizo una pausa y secó sus lágrimas—... porque siempre, no importa qué pase, todos te apoyan. Tienes a la chica que se te antoje sólo con saludarla, eres popular, eres el capitán del equipo de fútbol, tienes muchos amigos y jamás te veo sufrir por nada. Y me alegra que a ti si te vaya bien, no creas que te estoy encarando todo esto por envidia ni mucho menos.

No sabía qué decir, cada palabra que Hayes soltaba era una daga más para mi corazón. El hecho de ver a mi hermano llorando como hacía mucho tiempo no lo hacía me rompía el alma. Mi hermano estaba sufriendo por quién sabe qué, y yo no lo sabía. Eso me hacía dar cuenta de cuánta falta nos hacíamos mutuamente, de cuanto tiempo había perdido de su niñez y de las muchas cosas que dejamos de hacer juntos desde que Skylynn nació. 

Muchas cosas habían interferido entre nosotros y no me había detenido a fijarme en que Hayes tenía problemas y que tal vez necesitaba de mi.

— Hayes...

— No digas nada.—agachó la cabeza y se volteó para mirarme.— Por una maldita vez desearía tener tu suerte.

Antes de yo poder decir algo el se agachó a recoger su mochila y caminó en silencio hasta el auto.

— ¿Me perdí de algo?

Me viré y ______ se encontraba detrás de mi mientras me veía confundida.

Suspiré.— ¿Hace cuánto estás ahí?

— No mucho, acabo de salir.—dijo y sacó las llaves del auto.— ¿Estás bien?

— No...

Ella esbozó una sonrisa y tomó mi mano. Me jaló hasta el auto y los tres subimos en completo silencio.

Quería morir.

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— Chicos, ¿por qué están tan temprano en casa?— dijo Lucy al vernos entrar.

— Hubo unos problemas con Hayes.—señaló ______.

Lucy abrió bien los ojos al ver al castaño.

— Cariño, ¿qué pasó?

— Una estúpida pelea solamente.—se encogió de hombros.

— Oh, Hayes. Vamos arriba, te prepararé un baño y curaré esos raspones.—murmuró Lucy y tomó a Hayes de la mano.

Operación: Niñera [Nash Grier y tú]©Where stories live. Discover now