Tres alumnas recién llegadas son incorporadas a una nueva Universidad llamada Rose. En ella, conviven ciertos personajes "conocidos" que las llevaran a sentir muchas emociones en su día a día como aprendices. Narrada desde la vista de cada una, junt...
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Aquel día se despertó media hora antes de que sonara el despertador. Lo primero que hizo fue coger su móvil y mandarle un mensaje a Ruth preguntándole por el estado de su herida ''Pero si la vas a ver en menos de dos horas''. Aún así le escribió el mensaje y se quedó unos segundos remoloneando en la cama.
-Si me quedo aquí me volveré a dormir y no habrá dios que me despierte.- Se irguió en la cama con desgana y fue a asearse.
Pudo desayunar y vestirse con tranquilidad sin tener que correr de un lado a otro de la casa cogiendo todo lo necesario para ir a clase.
Nada más llegar a la parada vio como el autobús se detenía frente a ella y sonrió contenta, al menos ese día no llegaría agotada a clase.
Durante el trayecto le dio tiempo a pensar en varias cosas y una de ellas fue la conversación que tuvo hacía unos días nada más salir de clase.
''¿Podemos hablar?'' resonó como un eco en su cabeza.
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Silvia suspiró y cambió la canción deprimente que le había salido en la lista de reproducción. Era muy adecuada para su estado de ánimo pero no le apetecía regodearse en ello.
Cuando llegó a la puerta de la Universidad miró la hora en su teléfono y vio que aún faltaban veinte minutos para que empezaran las clases.
-O me paso o no llego.- Guardó de nuevo el móvil en el bolsillo y miró a los lados.- Ni siquiera Andrea ha llegado.
Pensó en sentarse en uno de los bancos que había a la salida de la universidad pero decidió irse dentro, al césped, donde tendría una mejor visión de los cerezos.
Silvia dejó la mochila en el suelo y apoyó la espalda en uno de los árboles y rápidamente se separó de él, comprobando que en la corteza de este no hubiera ningún habitante indeseado. Una vez se cercioró de que no había bichos de ninguna clase, se relajó y siguió contemplando el paisaje.
Pensó en que podría empezar a levantarse media hora antes todos los días, así le daría tiempo a llegar con calma y a no morir infartada cada mañana.
