No estaba para nada seguro de porqué de repente reflexionaba sobre si se sentía cómodo con su cuerpo o no, solo ha estado pensando demasiado desde que abrió los ojos.

Bajó las escaleras y al entrar a la cocina se encontró con su padre cocinando mientras atendía el teléfono con una mano libre. El olor del desayuno inundaba la cocina de una forma que a Niall no le gustaba pero los ruidos de hambre de su estómago hacían parecer lo contrario, solo por hoy se consentiría a sí mismo permitiéndose comer lo que sea que su padre haya estado cocinando.

-Buenos días, hijo-le saludó su padre, colgando el teléfono y dejándolo a un lado. Apagó el fuego de la estufa y sirvió dos desayunos para él y para Niall, después de agregarle una pizca de sal lo sirvió en la mesa, uno frente a su hijo y el otro frente a él. Hacía tiempo que no cocinaba algo en casa.

-Buenos días-saludó él. Agarró un tenedor y jugueteó un rato con su comida preparándose mentalmente para aceptar la idea de comer algo. Todo olía delicioso, los huevos revueltos, las tostadas con mermelada hasta el jugo de manzana que se había servido se miraba bien. Se mordió los labios, suspiró y le dio el primer bocado a su comida. Su lengua disfrutaba el sabor, su mente se quejaba pero quería comer.

-Niall, no tienes que juguetear con la comida.

-No lo hago.

-Lo hiciste.

-Tiempo pasado, ahora estoy comiendo-los dos sonrieron con la única diferencia de que su padre negó al mismo tiempo.

Lo que restaba del desayuno estuvo tranquilo, ninguno de los dos decía o comentaba algo en especial pero su silencio no era incómodo, era de esos pocos silencios que sin razón en específico disfrutas. Niall acabó su desayuno antes que Bobby, se levantó de la mesa, acomodó su silla y dejó sus trastes en el fregadero. Subió de nuevo a su habitación, se cepilló los dientes y se puso perfume. Guardó su celular en el bolsillo del pantalón, se colgó la mochila al hombro y le dio un beso al Sr. Osito a manera de despedida. Bajó las escaleras de nuevo y se despidió de su padre.

Cuando llegó a la escuela todo el mundo lo miraba. ¡Perfecto! Justo en el día en que más quería llamar la atención, nótese el sarcasmo, ¿dónde está Zayn? Tal vez podría besuquearlo para atraer más miradas y con mucha suerte cámaras de celulares que guardarían ese momento para burlarse de ambos.

-Hola, Niall...-le saludó una voz temblorosa, casi aterrada. Era Tommy se volteó para verlo y saludarle como todos los días, en cuanto lo hizo la sonrisa que tenía desapareció de su rostro. El pobre chico tenía la piel alrededor del ojo irritada, roja como las fresas, sabía de esas marcas, terminará siendo un morete muy pronto y durará demasiado.

-¡Por Dios! ¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien? ¿Quién te hizo eso en el ojo?-lo atacó con un mar de preguntas.

-Déjalo, nada importante-sonrió-. Luego se quita.

-Tommy, esto es serio-ahora es cuando comprendía la preocupación de Liam después de salvarlo de todos esos idiotas, fue un estúpido al creer que era una cosa sin importancia.

-Estoy bien-le agarró la mano con suavidad y le acarició el dorso de esta con su pulgar para tranquilizarlo.

-Deberías ir a casa y ponerte algo de hielo, llámale a tu padre...

-Niall, ya te dije que estoy bien, ¿sí? Si vuelve a pasar te juro que no dejaré que ese idiota me deje peor.

-¿Quién fue?

-Zayn.

-¡¿Por qué?!

-Específicamente me dijo: "Deja de meterte en asuntos que no son tuyos, deja ya a la condenada rubia en paz".

-Eso te dijo...-comentó distraído en sus propios pensamientos. No le molestaba que le llamara rubia, de hecho no estaba molesto con lo sucedido. Solo no le cabía en la cabeza que Zayn fuera a golpear a Tommy desde temprano en la mañana. Bien. Zayn era capaz de golpear a cualquiera pero no tan temprano, al menos con él nunca lo hizo.

Tommy le acarició la mejilla para llamar su atención en cuanto volteó a verlo le sonrió con tanta ternura que automáticamente él también sonrió. Entonces, Niall tomó la mano de Tommy sin entrelazar sus dedos y se fueron caminando por ahí a cualquier lugar del instituto. Sí, varios alumnos, por no decir todos, los veían sorprendidos y asqueados. Eran dos hombres, joder. Niall ni siquiera estaba seguro del porqué de sus acciones con Tommy, no podía explicarlo bien, era como si Tommy Wood tuviera algún tipo de magia, tal vez, siempre que estaban juntos sentía la necesidad de mimarlo y ser cariñoso con él.

-Niall, ¿quisieras salir conmigo el sábado?-preguntó el menor rompiendo el silencio que había.

-¿A qué hora?

-A las tres, podemos ir a la plaza y ver qué hacemos, ¿quisieras?-se veía tan nervioso y sus mejillas cambiaron de color. Era tan tierno.

-Seguro-sonrió y le dio un beso en la mejilla cerca de la comisura de sus labios, sin darse cuenta de que en realidad quería besarle en la boca-. Tengo clases hablamos luego.

"¡¿Pero qué estás haciendo, Niall James Horan?!", se regañó a sí mismo mentalmente, "Ya tienes algo con Zayn, deja ya a Tommy de una buena vez, déjalo en la zona de amigos antes de que hagas algo estúpido".

-Si pudiera lo haría-susurró-pero no me atrevo a hacerlo.

[...]

-Cerecita-dijo Malik en un ronroneo.

-¿Por qué me dices así?-le acarició el cabello.

-Porque siempre que te pones rojo pareces una cereza, toda linda, tierna y rubia-recostó su cabeza sobre la suya.

-Ja, ja, ja, que linda comparación de tu parte-sonrió-. ¿Te estás dejando el cabello largo?

-Un poco, no sé, me estoy decidiendo... ¡Oye! No me hagas preguntas que me hagan reflexionar como una chica.

-Lo siento-se disculpó entre carcajadas ante la mirada seria de Zayn aunque él también comenzó a reír por culpa de su contagiosa risa.

•••

Hoy tengo examen de química, con suerte y mañana pueda volver a publicar.

Síndrome de Estocolmo [ziall]Where stories live. Discover now