Capítulo 19

5.5K 435 5
                                    

-¿Dormiste bien anoche?

-E-eso... Creo-"Deja de tartamudear, estúpido, no debe de saber que te la jalaste pensando en otro hombre". Le dio un mordisco rápido a su pan con mantequilla, en cuestión de mili segundos bebió de su jugo de naranja, bebía una gran cantidad de jugo por cada bocado que le daba a su desayuno.

-Más tarde iremos a pescar-le comentó el mayor comiendo sus huevos revueltos.

-Vale, ¿tienes carnadas?

-Podemos ir a comprarlas en el camino-bebió de su café-. Por cierto, se te olvidó tu celular en el auto, creo que está descargado.

-¡Creí que lo había perdido!

Greg colocó sobre la mesa el móvil de su hermano, este lo agarró y fue corriendo a la habitación a conectarlo al cargador, con eso se olvidó de su desayuno. Había comido menos de la mitad y si no fuera porque su hermano estaba desayunando con él, hubiese comido muchísimo menos. Niall siempre había amado la comida, hubo un tiempo en el que solo lograban convencerlo de hacer sus tareas sobornándole con comida. Ahora, por una extraña razón, apenas y podía ver la comida sin sentir asco. Sentía asco en su lengua cada vez que fingía comer "sano" con su padre o con Greg, la pizza del sábado fue lo único que le gustó comer.

Cuando su teléfono tuvo 50% de batería, revisó cualquier cosa que le hubieran mandado, tenía un mensaje sobre otra fiesta. Jamás volvería a ir a otra fiesta. O... Bueno, no sonaba tan mal una fiesta, pensar en el alcohol le animaba un poco a aceptar ir. También tenía un mensaje de Jazz, preguntando si se encontraba bien, le había llamado varias veces la noche anterior y la pobre estaba preocupada debido a que no respondía. Niall le envió un mensaje en el que le explicaba las razones por su ausencia. También tenía un mensaje de un número que no tenía registrado:

Es verdad que estás con Chloe? Por favor, responde!

No entendió muy bien aquello, por ende no respondió nada, era un desconocido, lo último que quería era tener algo con desconocidos. Dejó sus mensajes en el olvido, eran las ocho de la mañana. Debería de estar en la escuela. Pero en la escuela vería a Zayn y Zayn lo vería a él, con su cara de asco y diría algún comentario que acabaría con su autoestima. Ojalá pudiera quedarse en cama todo el día, escuchando música, con el Sr. Osito. Estar en una cabaña con su hermano era relajante y bueno, pero tenía que fingir estar en perfectas condiciones para no preocuparle de nuevo, lo menos que quería era que Greg le acosara con preguntas sobre su autoestima, sus hábitos alimenticios y demás.

-Niall, ve preparando tus cosas, saldremos a las 8:45.

-Todavía es muy temprano, espera... ¿quieres decir que vamos a estar de pesca todo el día?-por alguna razón le gustaba la idea, a pesar de no ser el mejor pescando, quería hacerlo.

-Pero claro-sonrió con ternura al ver como sus pequeños y hermosos ojos azules se iluminaban.

No salieron exactamente a las ocho cuarenta y cinco, salieron a las nueve de la mañana con diez minutos, Greg tuvo que medio discutir con Niall para que dejase su oso de peluche en la cabaña, por eso salieron tarde. El camino era largo, no tanto pero si lo suficiente para reproducir un disco entero de Led Zepellin. Se detuvieron en una parte del camino para pasar a una mini tienda en donde compraron una cubeta de carnadas vivas. El menor de los dos acomodó bien la cubeta entre sus piernas aguantando sus caras de asco. Esa era la única parte que no le gustaba de ir a pescar.

-¿Ya llegamos?-preguntó el rubio de nuevo.

-Coño, que no, me preguntas eso cada cinco minutos.

-Lo siento estoy emocionado-sonrió.

Pasados otros diez minutos llegaron al dichoso lago. El lugar estaba rodeado de pasto, Greg estacionó el auto cerca de un árbol de unos cinco metros de alto. Abrió la cajuela y sacó dos cañas de pescar. Niall llevaba las carnadas. El lago tenía un pequeño muelle, no eran los únicos que pescarían ahí. En el lugar había un señor de unos cuarenta o cincuenta años de edad con el cabello muy oscuro, con unas cuantas canas, a su lado había un chico, un poco menor que Niall, su cabello era rojizo. Al sentarse junto a ellos pudo notar el color verdoso de sus ojos, debían de ser padre e hijos.

-Tommy, creo que atrapaste algo-comentó aquel hombre con su voz grave y sonriente, el chico sonrió triunfante, con sus dientes blancos y perfectos, y jaló el hilo de la caña.

Síndrome de Estocolmo [ziall]Where stories live. Discover now