Capítulo 25

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-Soy idiota por tu culpa.

Le sonrió, tan pacíficamente que daba miedo, o más bien, no se creía que Zayn le estuviese viendo de esa forma, con esa mirada tan penetrante e hipnotizante, con esa sonrisa. Deseaba ver esa sonrisa todos los días, a todas horas. El momento era tan perfecto que parecía irreal. Sentir las manos de Zayn sobre su cabeza, dándole pequeñas caricias le hacía sentir corrientes eléctricas por todo su cuerpo y en su estómago especialmente, sentía las famosas maripositas, solo que en vez de mariposas sentía un zoológico entero.

Malik se acercaba poco a poco, una de sus manos la colocó alrededor de su cintura, pegando más su cuerpo con el suyo. ¿Va a hacerlo? ¿De verdad iba a hacerlo?

Se inclinó un poco, Niall siempre había sido bajito. Inclinó la cabeza hacia la derecha, cerró los ojos y fusionó sus labios con los del rubio. Zayn movía sus labios lenta y tímidamente contra los del ojiazul. Tenía miedo, por primera vez sentía miedo pero Niall no rechazó nada. Todos sus miedos se fueron cuando Horan le rodeó el cuello con los brazos. Ahora sí podía besarlo realmente y no dejarlo solo en un roce de labios.

En un pequeño momento solo se quedaron abrazados, Zayn le acariciaba las orejas mientras Niall apoyaba su frente contra su barbilla. A Zayn le gustaban las orejas de Niall, eran bonitas y algunas veces parecían puntiagudas, como las de un duende.

-¿Por qué lo hiciste?-preguntó Niall.

-¿Qué cosa?

-Besarme.

-Nada más-se encogió de hombros-, sentí la necesidad de hacerlo.

¿Debería sentirse bien? Zayn solo sintió la necesidad de hacerlo y como un bonus extra, lo abrazó mientras le acariciaba las orejas, no iba a negarlo le gustaba que le acariciacen detrás de sus orejas, en general le gustaba que le dieran cariñitos como a un perro o un gato, se sentía bien. Quizás debería sentirse importante, solo un poco.

Zayn lo tomó de la mano, salieron del baño y entraron al salón de química, ¿por qué? Ninguna razón en especial, Malik solo quería mimarlo y besarlo como no lo había hecho nunca, le besaba el cuello sobretodo sobre las zonas en que tenía sus numerosos lunares, le mordía los lóbulos de las orejas o parte de las mejillas. Pero, conociéndose a si mismo, no tenía dudas de que mañana fuera todo un hijo de perra con él, al menos debería dejarle disfrutar hoy.

[...]

-¿Dónde estabas?-cuestionó su padre con los brazos cruzados sentado en el sillón de la sala tal y como los padres preocupados lo hacían en las películas cuando sus hijos llegaban a casa a altas horas de la noche.

-Me distraje, lo siento.

-¿Por dos horas?

-Si, lo lamento, el tiempo se pasa volando.

-¿Qué te pasó en el labio?

Lo había olvidado, Zayn le había lastimado el labio y para empeorarle le mordió varias veces en el mismo lugar, sonrió como idiota por unos segundos y volvió a la realidad al sentir la mirada de molestia de su padre.

-Me he dado en el labio con una puerta-pero qué bueno era para mentir-, ha sido un accidente.

-¿Estás seguro?-podía sentir la preocupación en sus ojos, no quería hacerlo sentir así pero las horas se le pasaron en un santiamén por andar de estúpido con Zayn, si hubiese sido por él, se hubiera quedado hasta el día siguiente pero como el conserje los encontró en uno de los salones tuvieron que irse antes de que los sacara a escobazos de la escuela.

-Seguro, perdona que no haya llamado, estaba distraído-sonrió.

-Vale, ¿has comido ya?

-Sí.

-Ve a hacer tu tarea, por favor.

-¿Estás molesto?

-No, solo estaba preocupado. Ve a hacer tus deberes, ¿va? Más tarde tendré que volver al trabajo.

Su padre siempre tenía que volver al trabajo aún después de llegar a casa, escuchar eso todos los días no le agradaba en absoluto, quería pasar tiempo con su papá, platicar con él, pedirle ayuda pero después del divorcio de sus padres se puede decir que perdió la confianza que le tenía a sus padres, es decir, cuántas veces ves a tus padres gritándose uno s otro cuánto se han dejado de querer, nunca. Caminó hacia las escaleras y al primer escalón se detuvo, aún con la mano apoyada en el barandal de madera volteó a ver a padre.

-Papá, ¿te puedo preguntar algo?-asintió-¿Qué piensas de la homosexualidad?

-Qué pregunta tan rara-suspiró-. Eh, no lo sé, supongo que está bien ser homosexual aunque, la verdad, no me agrada ver a dos hombres besándose o tomados de la mano, cosas así, no me acostumbro a la idea.

-Ya veo-bajó un poco la mirada.

-¿Por qué la pregunta?

-Sentí curiosidad por el tema, es algo tabú ¿no crees?

Síndrome de Estocolmo [ziall]Where stories live. Discover now