Sober

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De nuevo el lado derecho estaba vacío, ya se había acostumbrado a despertar sin Perrie a su lado

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De nuevo el lado derecho estaba vacío, ya se había acostumbrado a despertar sin Perrie a su lado.
Levantó su cuerpo etirándose, tomó su ropa interior y una toalla para ducharse.
Al salir se puse unos shorts cortos, una blusa que dejaba al descubierto su ombligo, unos Converse y amarró una camisa a cuadros a su cintura.

Salió de la habitación, podía escuchar la televisión de la sala prendida, Perrie seguía aquí.
Esta tirada en el sillón con una botella de cerveza en la mano.
–¿Tan temprano bebiendo?– le reclamó.
–¿Tan temprano reclamando?– contraatacó.
Rodeó los ojos y fue a la cocina a preparar su desayuno, Perrie miraba una serie de Netflix.
Su relación se había vuelto bastante tóxica, desde que se mudaron a un pueblo de Texas. Perrie comenzó a beber todos los días y con ello se desquistaba Leigh-anne, cuando estaba sobria le gritaba miles de ofensas y decía que ya no quería estar con ella. Pero cuando regresaba totalmente ebria se ponía demasiado cariñosa y cursi, y terminaban haciendo el amor. Al siguiente día Perrie se levantaba como si nada hubiera pasado entre ellas y volvía con lo mismo, la mayor parte del tiempo la casa donde vivian se llena de gritos.

Leigh-anne no entendía por qué seguía con ella, o por qué aguantaba todo lo que le decía, pero es que cuando estaba ebria le decía lo que verdaderamente sentía, porque bueno ya saben el dicho "los niños y los borrachos siempre dicen la verdad"

Termino su desayuno y se puso a limpiar la cocina. Perrie iba por su tercera cerveza, no quería escuchar sus gritos de nuevo así que decidió ir al restaurante de su amiga Jade.
Fue de nuevo al cuarto para tomar su bolso, iba a salir pero la voz de pez le detuvo.
–¿A dónde diablos crees que vas?– pregunta molesta.
–No pienso aguantar tus insultos y tus gritos, estaré afuera todo día.–
–No vas a ninguna parte, de seguro te vas con el estupido de tu amigo Liam.– Liam es el mejor amigo de Leigh-anne, Perrie siempre se había puesto celosa de él porque son muy unidos, lo que Perrie no sabía es que Liam es gay y novio de otro amigo de Leigh, Harry.
–Por lo menos el si sabe como tratarme– su cara cambio totalmente, su disgusto se hacia notorio le había dado en su ego.

Salió de allí antes de que las cosas se pusieran peores, subió al auto y lo encendió. Perrie salió echa furia de la casa, Anne se consideraba una total enferma por creer que se veía sexy así, arranqué antes de que la alcanzara viendo su silueta por el retrovisor hacerse más pequeña.

El resto del día se lo paso ayudando a Jade en su pequeño restaurante, atendiendo a los clientes y hablando con ella.
Ayudo a cerrar su pequeño local y se despidió de ella. Miró su reloj y marcaban las doce de la noche, Perrie ya debería estar durmiendo.
Subió al auto y manejó hasta su casa, bajo y sacó la bolsa con comida del restaurante de Jade.
Entro a la casa sin hacer ruido, la sala estaba vacía así que se tranquilizó, paso a la cocina y saco la comida para calentarla .

Unos brazos rodearon su cintura, sabía quien era, Perrie aspiro fuertemente en su cuello.
–Te estaba esperando– hablo una sensual Perrie, sus bellos se pusieron de punta– No me gusta que peleemos– la volteo bruscamente, sus pupilas estaban dilatadas y olía demasiado a alcohol– Me pone enferma el solo pensar que tan siquiera alguien pueda tocar tu cuerpo como yo lo hago, te amo Leigh-anne no quiero perderte, eres lo mejor que tengo en la vida y quisiera quedarme contigo siempre– la morena la había empujado fuertemente, había llegado a su límite. Perrie la miró sin entender y se volvió a acercar y Leigh en seguida la paro.
–¿No me puedes decir esas cosas estando sobria?– Perrie le miro con una sonrisa tan excitante que casi le hace ceder.
–Tu tienes este lado mi que nadie más conoce, cuando estoy ebria no puedo pensar en nadie más que no seas tú, en tus besos, en tu cuerpo, en tu hermoso trasero, en tus labios, en esos ojos que me ven con lujuria cuando te estoy haciendo el amor, en tus reacciones cuando llegas al orgasmo– sintío sus piernas temblar ante sus palabras, vaya que estaba jodida con esta mujer.

¡es que tu no me sabes amar cuando estás sobria!– grito enfadada. Perrie solo la miro mordiéndose el labio– ¡porque cuando me estas haciendo el amor eres la mujer más dulce y atenta pero cuán terminamos me das la espalda sin siquiera darme las buenas noches o decirme te amo, cuando te terminas las cervezas me quieres tener más y más cerca, deberías decir todas estas cosas sobria!
Se dio la vuelta pero Perrie en un movimiento rápido le atrapó entre sus brazos, intentó safarme pero se sentía débil
Te amo– y sin más la beso, dejándola sin aliento, odiaba que con solo un beso la hiciera ceder.

Sus manos tomaron positivamente su cintura, sus labios tenían un ligero sabor a alcohol, sin esperar más la tomo de las piernas haciéndolq dar un brinco y enrollarlas en su torso. Sus besos cada vez se volvían más calientes y en el camino se tuvieron que separar un par de veces por la falta de oxígeno. Al llegar a la habitación la dejó delicadamente en la cama, ella quedó parada frente a Leigh-anne, retiro su chaqueta y sacó su blusa, quitó sus zapatos aventandolos en cualquier parte de la habitación, desabrocho su pantalón quedando solo en una tanga y un pequeño top. No pudo evitarlo más y se acercó a Perrie, comenzó a masajear los pequeños botones que sobresalían del top haciendo que ella suelte un pequeño gemido, luego bajo su mano hacia su vientre para luego bajarla aún más y llegar a su zona íntima donde comenzo a masajear y su humedad se hacía presente, Perrie la tomó por los hombros y la levanto, despojandola de su ropa dejándola solo en ropa interior, le dio en leve empujón y cayo a la cama sentada.

Perrie bajo las pantie de la morena y uso la mano para introducir losdedos en una zona suave, húmeda,caliente y aterciopelada.

Leigh-anne gimío y Perrie le introdujo un tercer dedo, lo más hondo que pudo, sus bocas chocaron de nuevo. Anne movía la tanga de Perrie hacia un lado, comenzando a acariciar con la palma abierta la extensión de su vagina, moviendo la en círculos mientras Perrie intensifican la velocidad y profundizaba los movimientos, haciendole el amor con los dedos.

Leigh dejó de masajear el exterior, para introducir tres dedos dentro de ella. Comenzaron a mover los dedos acompasando el ritmo, a la vez.

Perrie sacó sus dedos y sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo de la morena, mientras hundió su cabeza entre las piernas de Leigh-anne y con su lengua jugaba con el clitoris de Anne, quien se retorcía de placer.
–Eres mia Leigh-anne– Perrie susurro con su voz ronca.
–Soy tuya– y sin más la rubia subió de nuevo a los labios de Leigh haciéndola probar de si misma.

Así duraron toda la noche, la habitación olía a sexo y eso hizo perder más sus sentidos.
Sintió como una corriente eléctrica recorría todo su cuerpo, un cosquilleo familiar en su vientre se hacía presente, solto los labios de Perrie y gritó fuertemente su nombre, sin vergüenza alguna.
Leigh-anne seguía con los dedos en el interior de Perrie hasta que sintió como se corrió en sus dedos y soltó un gemido mezclado de dolor y placer gritando el nombre de la morena.
Saco sus dedos lentamente de la oji azul y se acostó poniendo su brazo en su cara.
Pensó que había acabado y volvería a ser la Perrie de siempre, pero se sorprendió cuando nuevamente se hecho encima de ella...

Y así estuvieron hasta que a Perrie se le pasó el efecto del alcohol.

Por primera vez en mucho tiempo se levantaba más temprano que Perrie, ella estaba a su lado dándole la espalda, ajena al dolor que Leigh sentía por su distancia.
¿Por qué Perrie es tan diferente cuando nos despertamos? Se preguntó así misma.
Se paró de la cama lentamente, camino al cajón tomando unas bragas limpias y una camisa grande de Perrie.
Salió a la cocina y preparo un café, abrió una puerta que daba vista a unos sembradíos que Perrie y ella prestaron a los campesinos.
Le dio un trago a su café y suspiró, deseo que todo volviera a ser como antes, donde ninguna de las dos le hacía daño a la otra.
Llevaba media taza de café cuando sintió unas manos envolver su cintura, volteo un poco asustada y le sorprendió ver a Perrie, recargo su barbilla en el hombro de Leigh-anne y dejó un pequeño beso en el cuello de la morena.
–Desde hoy sabré amarte estando sobria.– Leigh-anne sabía que lo decía en serio, no había probado nada de alcohol.
Hizo que girara quedando frente a frente, sus labios chocaron con los de Anne, pero esta vez una sensación diferente le transmitía, era encerio lo del nuevo comienzo.

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Lerrie one shotsWhere stories live. Discover now