Olvido 3

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Lan Xichen entró y caminó hacia la cama donde descansaba Wei Ying y donde su esposo tomaba sus manos. No lo mostraba pero él podía ver la angustia que lo atormentaba. Se acercó y puso una mano sobre su hombro.

-Hermano- esbozó lentamente el menor de los jades –No sé qué hacer, no despierta-

-No te preocupes, ya me informaron de lo que pasó- buscó en su manga y sacó un pequeño frasco blanco y se lo dio a su hermano –Dale una de estas píldoras, tío me las dio hoy y me dijo que su tenía algún indicio de despertar que se la dieras, ayudaría con su fuerza.

Lan Wanji tomó el medicamente y sacó un píldora contra su palma. Su tío era severo, sobre todo con Wei Wuxian pues tenía que reconocer que el joven rompía cada regla de su clan cada vez que podía, pero no era una persona mala. Con cuidado la puso en sus labios y esperó a que la tragara naturalmente.

-Ahora solo queda esperar- Lan Xichen le sonrió –Por qué no te das un baño, preparé una tina de agua caliente en mi cuarto con algunas plantas medicinales, ayudará a relajarte-

-No quiero separarme de su lado- replicó terco Hanguan-jun.

-No te lo estoy pidiendo- la voz tranquila del mayor se volvió un tono más severa –Te lo ordeno como líder de secta- pudo ver los ojos de su hermano incédulos, nunca antes le había ordenado nada así –Si tú también enfermas quien cuidará del Mayor Wei, yo estaré aquí, por unos minutos no creo que ocurra nada, así que has lo que pido- terminó con una sonrisa.

Lan Wanji, se levantó renuentemente he hizo una reverencia.

-Gracias hermano, cuida de él- y después de darle una última mirada a su esposo salió.

Wei Ying se sentía sofocado. Su mente era un caos total. Las imágenes a su alrededor se movían muy rápido al punto de marearlo. El olor a sangre era sumamente abrumador.

Miró sus manos húmedas manchadas de sangre, sangre de diversas personas con túnicas doradas, moradas, blancas, negra. Giró en círculo aturdido, la energía resentida lo rodeaba y salía de su cuerpo sin poderla detener. Avanzó un paso pero casi se cae. Retrocedió y lo que vio lo hizo caer de rodillas. El cuerpo de su Shijie estaba delante de él cubierto de sangre.

SU cuerpo tembló completo y las lágrimas rápidamente cubrieron su rostro.

-Shi…jie- su voz era vacilante.

Acercó sus dedos sin apenas poderlos controlar hacia el rostro de la hermosa mujer que se difuminó delante de su rostro. La imagen cambio abruptamente y se encontró sentado siendo sujetado por dos hombres de vestimentas blancas y cintas en la cabeza. A su lado, arrodillado, se encontraba otro con la misma vestimenta. No podía definir su rostro, pero nunca olvidaría el brillo de sus dorados ojos. Solo escuchó Golpeen, antes de sentir como su espalda era azotada varias veces sin piedad.

¿Quién demonios era esa persona? Lo miró por el rabillo del ojo con un odio contenido que no sabía de donde salía.

Otro cambio de escenario. Caminaba lentamente detrás de una espalda y largo cabello negro. No podía verle el rostro desde donde estaba pero la calidez de su voz tarareando una canción lo calmaba. Sin poder evitarlo sonrió. Estiró la mano para girar a la persona pero todo se volvió negro.

La imagen volvió a cambiar y se halló delante de una habitación abierta. El mismo hombre de aquellos ojos dorados que había ordenado golpearlo se hallaba acostado en una cama con una mujer desnuda. Pasos a su espalda anunciaba la llegada de más personas. Un dolor fuerte se clavó en su pecho al punto de perder el aliento. Su cuerpo se dobló apenas sin resistirlo.

¿Qué pasaba? ¿Qué eran todas esas imágenes? No podía ordenarlas. ¿Quién era aquella persona que le tarareaba hermosamente? ¿Quién era esa persona que solo le provocaba dolor?

Las notas de tu traición MDZS (I-II) ©®Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt