Olvido 1

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Los recuerdos solo hacían que la cabeza del líder Jin lo atormentaran aún más y se mantenía alejado de los dos Lan. Wanji no le molestara que estuviera pegado a él pero eso se interponía a que estuviera con su esposo que se la pasaba junto a los otros dos junios y hubo un momento en que tuvo que reprimir un gruñido.

-Lan Zhan ¿qué pasa?- su esposo se había acercado por la espalda y abrazado el cuello dejándole un beso en la mejilla.

Jin Ling al ver la muestra de afecto se sonrojó y se giró hacia otro lado.

-¿Está todo bien?- Wei Ying volvió a preguntarle pero Lan Zhan solo negó con la cabeza –Oh, ya sé- acercó los labios al oído de su esposo- Quieres escaparte-

-Desvergonzado- murmuró Hanguan-jun con las orejas rojas y la risa de Wei Wuxian se hizo audible detrás de él seguido del sonido de su estómago. Era cerca de la hora del almuerzo y solo se habían detenido a descansar.

-Iré a buscar algo- Lan Zhan desenredó los brazos de su esposo y se incorporó –Quédate aquí con los junior-

-Ne, Lan Zhan, estás seguro que no quiere que vaya contigo- insistió.

El Lan estuvo a punto de ceder pero no quería dejar a los chicos solos durante mucho tiempo, sabiendo que sería mucho tiempo, sobre todo ahora que apenas si se miraban y había una densa atmósfera entre ellos. Pero tenía que reconocer que las ganas que tenía de tumbar a su esposo en medio de todo aquello y abrirle las piernas eran más que él. Sin pensar tanto en el asunto se giró y desapareció entre los arbustos.

Wei Ying se rascó la barbilla con sonrisa pícara y después miró a su sobrino rodeándole el cuello con el brazo y atrayéndolo hacia él.

-Tú y yo tendremos una larga conversación ¿Qué pasó entre ustedes tres?-

Jin Ling se sonrojó tanto y sus ojos dieron vuelta.

-Como si te lo fuera a decir- le grito pero no pudo soltarse del agarre de su tío.

Lan Wanji avanzaba por el bosque enfocando sus sentidos buscando una presa. Aparentemente no había algún animal cerca y aunque entre sus reglas estaba que no podía matar de aquella forma, sino lo hacía oiría a Wei Ying protestar por el resto del camino.

¿Sacrificarías todo?

Una voz resonó en su cabeza y el Lan se puso alerta llevando sus manos a la empuñadura de Bichen.

¿Lo harías todo por él?

Otra vez la voz resonó. Su alrededor pronto se llenó de una densa bruma, tan espesa que apenas podía ver más allá que la entrada de una cueva oscura y austera. Frunció el ceño y buscó algún talismán dentro de su túnica y lo activó pero este perdió efecto al momento. Algo no andaba bien.

¿Serás capaz de soportarlo?

La voz venía del interior de aquella cueva. Hanguan-jun dudó. No tenía idea de que estaba hablando pero todos sus instintos le dictaban que entrara. Sin poderlo prever sus piernas ya se movían en esa dirección y solo se dejó llevar.

Eres fuerte, pero no lo suficiente.

La voz resonaba entre las paredes de la oscura cueva. Caminó algunos pasos hasta toparse con una gran estancia desolada rodeada de lo que parecía un pequeño riachuelo.

En el medio un conjunto de piedras estaban cubiertas por diversos talismanes escritos con sangre que por el tiempo se había tornado negra. Se acercó allí y la voz resonó aún más fuerte y las piedras retumbaron.

Puedes lograr lo que quieras pero no te crees con la voluntad.

Entrecerró los ojos. Quien fuera que estuviera hablando no lo conocía. Cómo podía decir aquellas cosas. Apretó un poco más la empuñadura de su espada cuando una mano se posó sobre su hombro y se giró desenfundando a Bichen.

-LAN ZHAN- Wei Ying tuvo que gritar agitado y el filo de la espada se detuvo a solo milímetros de su garganta.

Lan Wanji la retiró rápidamente viendo quien era la persona y tomándolo de la mano y atrajo hacia su pecho apretándolo. Por poco agredía a su esposo, la persona más importante en su vida. Los latidos de su corazón eran tan fuertes que Wei Ying los podía escuchar.

-Cálmate Lan Zhan, qué te tiene tan intranquilo- Wei Wuxian le acarició al espalda algo extrañado, hacía falta mucho para desencajar a su esposo.

Pero no recibió respuesta inmediata. El abrazo se hizo más fuerte y recibió un beso en su cabeza. Después de soltarlo Hanguan-jun lo miró duramente.

-No te pedí que te quedaras con los junior- su voz se mantenía tranquila a pesar de la adrenalina.

-Ellos tenían cosas que resolver entre los tres, después te cuento lo que pasó, no te lo vas a creer- sonrió pícaramente y con un ligero rubor.

El mayor soltó un suspiro sabiendo que era por gusto discutir con su esposo. Tenía todas las de perder.

-Y esta cueva ¿qué es?- el expatriarca se inclinó de lado observado el conjunto de piedras donde los talismanes habían desaparecido.

-No lo sé. Había una densa bruma y terminé aquí- Lan Wanji dijo pero cayó en algo –Cómo fue que entraste aquí-

-Te seguí- respondió Wei Ying con tranquilidad.

El jade se quedó pensativo pero descartó sus sospechas y tomó a su esposo de la mano.

-Volvamos. No quiero dejarlos mucho tiempo, solos-

-Eres un perfecto papá. Si sigues así desearé tener un hijo tuyo- se burló el menor.

-Desvergonzado- las orejas del jade se volvieron a tornar rojas.

-Y tú que no eres muy original con las palabras- una carcajada salió de su esposo mientras era arrastrado.

Pero no dieron muchos pasos cuando la tierra debajo de ellos comenzó a moverse agitadamente y antes que Hanguan-jun pudiera sacar a Bichen para sacarlos de allí el techo de la cueva se le vino encima. Lo último que sintió fue el cuerpo de Wei Wuxian caer sobre él protegiéndolo.

Jin Ling y los dos Lan oyeron el estruendo cerca de ellos y recordaron que era la dirección por donde había ido el mayor Wei. Sin más se levantaron y  fueron corriendo. A pesar de que Jin Lin aún no les dirigía la palabra por vergüenza se mantuvo detrás de ellos a una distancia prudencial.

El polvo se levantaba en grandes oleadas y hacía que ver alrededor fuera difícil.

-Maestro Wei, Hanguan-jun- Sizhui estaba casi atacado de los nervios al ver el desastre del lugar. A su lado Jingyi no estaba mejor- Busquémoslos.

Los chicos comenzaron a moverse buscando a sus dos mayores. Había piedras por todos lados. Polvo. Y ningún rastro. Solo después de unos minutos escucharon un sonido y unas piedras se movieron. Los junior se miraron y corrieron hacia allí al sentir el cultivo de Hanguan-jun.

Se acercaron y ayudaron a quitar las piedras que aprisionaban a los dos hombres pero la imagen que vieron les quitó el aliento a todos uno vez que Lan Wanji pudo salir con su túnica manchada de algo más que suciedad. En sus brazos estaba Wei Ying, inconsciente, con varias heridas, sobre todo una muy marcada en su cabeza de donde no dejaba de brotar sangre.

Las notas de tu traición MDZS (I-II) ©®Where stories live. Discover now