Recuentos I

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Lan Zhan caminaba agarrado de la mano, detrás de su esposo mientras era casi arrastrado por él. La enorme carcajada que soltaba era contagiosa más él no mostraba ninguna expresión a diferencia de sus ojos. Estar con Wei Ying era lo mejor que había ocurrido en su vida, y su vida dependía de él.

-Lan Zhan, Lan Zhan, vamos allí- lo jalaba con más fuerza mientras se acercaban a un pequeño riachuelo cristalino rodeado de flores de loto. A su alrededor no podían ver mucho más, una densa neblina los rodeaba dándole un ambiente demasiado íntimo que se prestaba para muchas ideas creativas.

-Wei Ying, más lento, te puedes caer- le dijo cuidando de su esposo.

-Vamos Lan Zhan, vamos hacia allá- pero no le hizo ningún casi hasta que se soltó pero ya sus botas estaban dentro del agua antes que se dieran cuenta –Vez Lan Zhan no fue tan difícil-

Wei Ying sonreía mientras giraba en el lugar hasta quedarse frente a él a tres metros de distancia.

-Ne, Lan Zhan, en serio me quieres- le preguntó sin perder su sonrisa.

-Hmm- Lan Wanj asintió sin saber la procedencia de la pregunta, la neblina comenzaba a hacerse más denso.

-¿En serio Lan Zhan?- la sonrisa comenzaba a hacerse extraña -¿Sacrificarías todo por mi?
Lan Wanji frunció el ceño.

-Wei Ying, ven hacia acá- le dijo alzando la mano y al ver que no le respondía comenzó a caminar hacia él pero por más que caminaba no lo alcanzaba.

Sus sentidos se pudieron alertas cuando algo rodeó su pierna deteniéndolo. Miró hacia abajo apretando sus labios y buscó Bichen en su cinturón pero se encontró que su mano estaba en igual condición. Poco a poco olas de energía resentida lo fueron enrollando impidiéndole moverse o defenderse. Delante de él Wei Ying lo miraba con una leve sonrisa y con las manos detrás de su espalda. Sin hacer absolutamente nada.

-Wei Ying- Lan Zhan lo llamó temiendo que él cayera en peligro pero solo recibió una ceja alzada por parte del menor –Wei Ying-

-¿Tú, quién eres?-

Los ojos de Hanguan-jun se abrieron de golpe incorporándose. Su cuerpo estaba cubierto por una leve capa de sudor y su respiración era agitada. Con los ojos casi desbordados miró hacia su lado. Su esposo seguía durmiendo plácidamente con una pierna enredada entre la suyas y su brazo que antes estaba en el pecho del jade había rodado hasta su cadera. Con los dedos temblorosos tocó su cabello para comprobar que realmente estuviera allí, sobre la yerba fresca de donde habían decidido descansar.

-Wei Ying- susurró y esto hizo que el nombrara abriera sus ojos lentamente soñoliento.

-Lan Zhan, ¿qué pasa?- se restregó los ojos mirando el estado algo inestable de su esposo y se incorporó para besarle la mejilla rodeando su cuello con los brazos- ¿Tuviste una pesadilla? Mi pobre esposo, no te preocupes, yo estoy aquí para consolarte- buscó sus labios y los besó levemente.

Lan Wanji le apretó la cintura hacia él y profundizó el beso ansioso por sentirlo, haciendo un movimiento y dejándolo debajo de él. Sus dedos picaban por quitarle la túnica y sentir el calor de aquel cuerpo que por un momento temió perderlo de nuevo.

-Lan Zhan, Lan Zhan- jadeó Wei Ying empujándolo para poder respirar- Espera, los junior están aquí- señaló con la cabeza a los tres chicos recostados en los árboles frente a ellos, extrañamente Jin Ling llevaba dos días evitando a los dos Lan- Por qué el desespero, ayer lo hicimos cuando pudimos deshacernos de ellos por unos segundos-

Lo vio fruncir los labios pero se levantó de encima de él para ponerse a su lado llevándolo consigo volviendo a estar recostados.

-Mi esposo- el ex patriarca le acarició la barbilla antes de dejarle un pequeño beso –Qué te tiene tan alterado, ven descansa en los brazo de Wei Ying, el cuidará de ti toda la noche- y lo abrazó más fuerte.

Las notas de tu traición MDZS (I-II) ©®Where stories live. Discover now