Especial Reencuentros 3

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Lan Wanji apretó el talismán con las palabras escritas por su esposo sin poder creer que estas fueran escritas por él. Sus ojos estaban anormalmente abiertos, mientras miraba una y otras vez  con su mente trabajando al 120% en un intento de buscar que había hecho para que Wei Ying se fuera de su lado.

¿Podría deberse a aquel incienso? Wei Wuxian había estado relativamente extraño después de despertarse  y su insistencia por estar pegado a él era excesiva por momentos. No era que a le molestara, solo que era un poco extraño. Se giró rápidamente para encontrarse con Sizhui y sus dos compañeros entrando a la habitación curiosos.

-Hanguan-jun, qué ocurre- su hijo lo miro frunciendo el ceño al ver la expresión irregular del Jade.

-Wei Ying no está, saldré a buscarlo, si lo ven avísenme- solo le pasó por su lado y caminó hacia la salida ágilmente.

Pensar que Wei Wuxian se apartaba otra vez de su lado lo enloquecía más de lo que se podía permitir. No les dio muchos detalles a los jóvenes pero sabía que ellos también se incluirían en la búsqueda. Llamar a Wen Ning no sería nada eficiente, este solo respondía a su esposo y si este no quería ser encontrado, entonces haría lo imposible por no ser encontrado.

Wei Ying caminaba a esa altura lentamente con las rodillas temblantes. Había salido hacía dos horas de aquella posada y caminado para salir del aquel lugar y alejarse pero ¿Qué demonios pasaba con aquel maldito pueblo? Además de encontrar contadas, muy contadas personas que solo lo evitaban, no acababa de encontrar la salida. Había caminado alegando que estaba poniendo distancia entre él y las personas con las que había llegado para darse cuenta que solo estaba dando vueltas en círculos.

Se detuvo un momento y se sobó la cadera. El ejercicio de ayer era comparado a cuando su esposo estaba realmente excitado o cuando el hacía algo indebido y era castigado, y este se excedía a la hora del sexo. Su cuerpo de la mitad para abajo tenía vida propia ahora y le rogaba por un descanso pero si lo hacía sería atrapado fácilmente. Conocía muy bien a Lan Zhan para saber que este ya debía estar en su búsqueda.

Y mala era su suerte cuando el viento se ondeó sobre él y ni siquiera tuvo que alzar la cabeza para decir quien estaba ahí.

-Wei Ying- la voz de Lan Wanji se oyó seca.

El menor apretó los labios e ignoró el llamado dando media vuelta y… comenzó a correr dejando a un Lan Zhan más que confundido. El jade no se hizo esperar y sobre Bichen lo persiguió aunque no fue una tarea precisamente fácil. Wei Ying lograba filtrarse entre las casas a una velocidad que variaba de lo rápido a lo lento y a veces se tambaleaba.

Wei Wuxian sentía que sus pulmones iban a estallar al igual que sus piernas. Decir que su esposo era terco era quedarse corto.

Había gastado ya todas las artimañas para distraerlo buscando los caminos menos accesibles hasta llegar a un claro donde solo había debajo de él yerba corta y sin darse cuenta su pie chocó contra algo y no pudo evitar caer hacia adelante, golpeándose el pecho u perdiendo el aliento. Al intentar levantarse dos manos se pusieron sobre sus muñecas y lo mantuvieron presionado contra el suelo. Un segundo después el cuerpo entero de Wei Ying estaba en un ataque de temblores.

-¿Wei Ying? Wei Ying- Lan Zhan lo comenzó a llamar entrando el también en pánico al darse cuenta de su estado.

Soltándole las muñecas lo giró con cuidado para ver sus ojos abiertos difusos y cubiertos de lágrimas que bajaban por sus mejillas.

-Wei Ying- repasó una de las gotas cristalinas cuando su mano fue goleada y el cuerpo debajo de él se sacudió violentamente.

-Suéltame- gritaba Wei Ying- No lo hagas, Lan Zhan ayúdame, Lan Zhan- llamaba su nombre en gemidos lastimeros.

Las notas de tu traición MDZS (I-II) ©®Where stories live. Discover now