Presentaciones Oficiales

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Parecía que el tiempo se detuvo en ese instante para Kili, quien mantuvo la mirada fija en los ojos verdes de Tauriel, como si al parpadear fuese a desaparecer. Muchas veces soñó con volver a verla, y ahora que estaban en el mismo lugar, no pudo evitar sonreír ligeramente. Además, el vestido que llevaba puesto resaltaba su belleza, era la primera vez que la veía así, claro que obviamente por las circunstancias en las que se conocieron era imposible verla en un traje tan elegante, pero lo que más quería era ver a aquel ser de luz todos los días de su vida. Nada más importaba.

Esa mirada embobada y alegre no pasó desapercibida por Näfis, quien dirigió su mirada hacia Tauriel. Al notar que Kili no le quitaba la mirada, la invadieron los celos. Después de pasar tanto tiempo con él, darse cuenta de que estaba enamorada de él y de lograr agradarle al menos un poco, sintió un vacío en el estómago al recordar que a Kili le gustaba una elfa. ¿Acaso será ella? Después de unos segundos quitó esa idea de su cabeza, después de todo aquella elfa era la princesa del reino de los elfos del bosque y no había forma de que se interesara por un enano, considerando las creencias que caracterizaban a su padre.

- Tus preguntas tendrán respuestas luego de esta hermosa bienvenida.

Al escuchar esa voz supieron de inmediato quién era. Gandalf, como siempre, hizo su inesperada aparición en la sala. Los enanos se mostraron un poco incómodos, pues no sabían cómo reaccionaría su rey ante la intromisión del mago. Sin duda Thorin estaba un poco molesto, pero cualquier rastro de aquel sentimiento se esfumó al ver que Gandalf no estaba solo, algo que no pasó desapercibido por el mago.

-¡Oh! Y espero que no les importe que haya traído a un invitado conmigo.

- Hola Thorin.- dijo un sonriente hobbit.

Thorin mostró una sonrisa genuina, pues su buen amigo Bilbo Bolsón se encontraba frente a él y nada le alegraba más que él pudiera estar presente en un día tan importante como ese, después de todo ese pequeño hobbit había sido fiel y valiente durante su travesía y estaba honrado de poder llamarlo amigo. Todos los enanos se tranquilizaron al notar que su rey estaba de buen humor, por lo tanto continuarían con la corta bienvenida sin ningún contratiempo. Por su lado, los elfos se mostraban mucho más cómodos al tener a Gandalf presente, Thranduil sabia que, de una forma u otra, Gandalf tenía algo que ver dentro de todo lo que ocurría, pero nada podía hacer, por lo que tendría que esperar a que todo terminara para poder obtener respuestas. Tal vez si Thorin y sus sobrinos regresaron de la muerte, había una forma de entender qué había ocurrido con Almäre.

- Mithrandir, llegas en el momento justo.

- Rey Thranduil, jamás me pierdo estas ceremonias, las encuentro muy... entretenidas.

El Rey elfo simplemente asintió, ya estaba acostumbrado a la incertidumbre que generaba el mago. Cuando fuese el momento indicado, le diría lo que sabía.

Para evitar más retrasos Thorin decidió iniciar con la orden del día.

- Aliados nuestros, les doy la más cálida bienvenida al reino de Érebor. -hizo una breve pausa ante los vítores de orgullo de los enanos- Rey Thranduil, sé que mi presencia, así como la de los príncipes del reino, mis sobrinos Fili y Kili, es una sorpresa. -dicho ellos ambos jóvenes dieron un paso al frente para estar al lado del rey mientras que el pueblo enano una vez más gritaba de emoción, siendo más notorios los gritos de Näfis y Nëliss- Sin embargo, espero que esto no evite que las relaciones entre ambos reinos continúen siendo prósperas.

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