Valentino (Pandora #2) **Disponible en físico y e-book**

Capítulo 19

Me puse en pie junto con Andy. No le di una segunda mirada al cuerpo de Victor, era difícil sentir algo más que repulsión por una persona como él, o quizás este tipo de vida estaba comenzando a volverme igual de fría respecto a los sujetos malos que como cualquier otro agente. Aún así, miré con algo de compasión el cuerpo de Drake. Él había sido una víctima, nada más, sin merecer realmente lo que le sucedió. Pero Drake había muerto en función, cumpliendo con su deber y el juramento que había hecho hacia su país. Una muerte honorable me dije a mí misma a pesar de las circunstancias.

—Es difícil creer que este tipo de cosas suceden en la vida real a menos que las vivas —dijo Andy a mi lado.

—¿Estás bien? —pregunté y él asintió—. ¿Seguro?

—Creo que en algún momento entre el miedo y la preocupación la cobardía desapareció —dijo él—. No me gustan los matones. No podía dejar que él se saliera con la suya. Se lo debía a David. No lo escuché, no pude hacer nada por él. ¿Pero por ti? No quería perder otro amigo.

—Gracias —dije y él me sonrió antes de mirarme con tristeza.

—Estás herida —dijo y le resté importancia al corte en mi brazo.

—No es nada, solo un rasguño. Lo que hiciste fue muy valiente.

—No tanto como tú —dijo Andy y se acercó a mí—. ¿No se supone que tu hermano y Diana son enemigos por tratarse de un espía y una ladrona internacional?

—También falsificadora —dije y suspiré—. Ni yo los entiendo, créeme. Si esto te reconforta pretenden odiarse y se tratan como perro y gato la mayor parte del tiempo, aún más si hay público.

—Supongo que esta es la excepción —dijo él y asentí.

Ethan ayudó a Diana a ponerse de pie y ella gimió cuando su pie malo se dobló. Él la cogió antes que cayera al suelo y Diana le sonrió en agradecimiento. Pasó un brazo por la cintura de ella y se agachó para que Diana pudiera sostenerse de su hombro. La ayudó a estar de pie, estable, cargando en parte su peso. Compartían susurros muy bajos, demasiado como para ser escuchadas palabras, aunque los sonidos revelaron que se trataba de francés. Andy me sonrió al captar unas pocas palabras como si estuviera remarcando su punto y entonces su expresión cambió totalmente y palideció.

Vi el reflejo en la ventana antes que fuera demasiado tarde y lo empujé lejos para ponerlo a salvo. Él trastabilló hacia atrás y yo no pude alejarme a tiempo. Un brazo rodeó mi cuello, ahorcándome y sosteniéndome contra un cuerpo a tiempo que el cañón de un revólver tocaba mi sien. Eso no había cambiado, el frío metal se sentía tal cual lo recordaba. La expresión de Ethan se endureció pero apenas se movió el seguro del arma fue retirado y el cañón se hundió más sobre mi piel. Mantuve la calma a pesar que respirar era difícil.

—Como te muevas la mataré —dijo Sam, su cuerpo estaba temblando al igual que su voz—. ¡Es lo que se debe! ¡Mataste a mi hermano!

—No dudes en que te sumarás a él si no la sueltas ahora mismo —dijo Ethan.

—¡Mataste a Victor! —gritó Sam y retrocedió llevándome con él—. Debes pagar, es lo que se debe. Mataste a mi hermano, ahora yo la mataré a ella.

—Me quieres entera —dije con dificultad a causa de su brazo en mi cuello.

—No. Ya no. Él mató a Victor. Merece sufrir el mismo dolor y la misma pérdida que yo —dijo Sam—. Te mataré, frente a él, y no podrá hacer nada para evitarlo. No me importa si luego me mata siempre y cuando sepa que te ha perdido por su culpa.

—Déjala ir y no te mataré —dijo Ethan calmadamente.

—Pagarás por lo que has hecho. Sufrirás igual que yo —dijo Sam—. Quiero que presencies su muerte, el exacto segundo en que ella sepa que es tu culpa su final y que no podrás salvarla, que fallaste como hermano mayor. Ahora tira el arma lejos.