Capítulo 14 (parte I)

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Compartí con Jack la información que tenía mientras él usaba mi ordenador portátil para romper la seguridad de la cuenta privada de Ric Cribs. Le tomó poco más de dos minutos. Revisamos en silencio las fotografías del joven científico, en especial las que incluían a su laboratorio aunque no eran demasiadas. O el joven no era tan ingenuo como para no guardar la privacidad del lugar de trabajo o allí realmente había algo que ocultar. Aún así, logramos sacar algo. Una de las fotografías mostraba al fondo una pizarra blanca con un extraño dibujo de líneas, hexágonos y letras.

—He visto eso en clase, o al menos algo similar —dije.

—Es la representación de la estructura química de una molécula respetando las bases de la geometría molecular —dijo Jack.

—Suenas como mi profesor de física-química —dije—. ¿Y qué molécula es?

—No pidas tanto, Bright —dijo sonriendo—. No soy un científico.

—Entonces tendremos que averiguarlo.

Pasé la fotografía a mi Ipod y borré el historial de Internet una vez que terminamos antes de apagar el ordenador y guardarlo en su lugar. Tan solo podía pensar en que no hubiera ningún keylogger metido en mi ordenador aunque por el tiempo que se había tomado Jack antes de finalmente recurrir a Internet sabía que él debía haber sospechado aquello y de haber sido cierto haber eliminado el maldito programa o al menos haberlo bloqueado por esos minutos. Pasé una mano por mi cabello, era ridículo el modo en que estaba paranoica y temía vigilancia sobre mí.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó Jack, nuevamente estaba sentado al borde de mi cama.

—¿Qué cosa? —pregunté mirándolo confundida desde donde estaba parada.

—Dejarme ir —dijo él—. Estaba casi seguro que me odiarías luego de saber quién realmente era y que jamás me perdonarías. Había aceptado tu rechazo pero aún así fui a verte porque quizás, si era yo quien te decía la verdad y no la oías de otro, no te enfurecerías tanto porque te hubiera mentido todo ese tiempo, porque te hubieras creído a salvo todo ese tiempo junto a un espía honrado en vez de junto a un hijo bastardo de un criminal demasiado temido y demasiado poderoso. ¿Entonces por qué no reaccionaste así y me dejaste ir?

—Tú hubieras hecho lo mismo. ¿No? —dije y él negó con la cabeza.

—No, Bright. Yo jamás me hubiera perdonado —dijo Jack—. Porque lo que te hice a ti es impensable. Te mentí respecto a quién era.

—Le mentiste a todos.

—Y nunca me afectó. Pero mentirte a ti fue como mentirme a mí mismo porque confiabas tan ciegamente que yo era alguien que no era, creías lo que yo quería que creyeras porque en realidad no era bueno. El primer día te dije que no confiaras en nadie, ni siquiera en mí.

—Yo no creía en el espía —dije y me acerqué para estar frente a él—. Creía en la persona que me prometió que volvería a Londres, a salvo y con mi hermano, y que estaría cuando lo necesitase tal como hizo.

—¿No te lastimé? —preguntó.

—Me lastimaste cuando creí que te había perdido, no cuando lo arriesgaste todo para decirme la verdad. Eres un maldito loco suicida. Los hombres de traje ya sabían de ti y te estaban buscando y en vez de huir como cualquier persona medianamente inteligente hubiera hecho fuiste al teatro a buscarme y me dijiste la verdad.

—No quería que la escucharas de otra persona —dijo él y tomó mi mano—. Intento entenderte pero no puedo. ¿Por qué?

—No me importa qué eres, me importa quién eres.

Valentino (Pandora #2) **Disponible en físico y e-book**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora