[8] Estrés, dulce estrés

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—Bueno, Lina ¿tienes todo cubierto? —dije un poco sobre saltada.

—Claro que sí. Yo... —se acomodó en el sofá.

— ¿En serio? — subí mi tono de voz— ¿Ya arreglaste lo de Nay?

—Sí —dijo con tono fastidiado.

— ¿Y las bebidas?

—Sí.

— ¿Y la decoración ya está en cajas?

—También.

—Y...y... —cada vez me hiperventilaba más.

— ¡¡Cecily!! —dijo tomando mi cara entre sus manos, eso hizo que me callara—No te estreses, todo va a salir bien, te prometo que será el mejor cumpleaños de tu vida, digo, de tu muerte —le sonreí y le quité sus manos de mi cara.

—Oh, casi lo olvido, quise adelantarte tu regalo —Alina sacó de debajo del sofá una caja envuelta en periódico con mi nombre escrito en dorado en ella. Me le quedé viendo sorprendida y luego la miré a ella.

—No debiste...

— ¡Shhh! ¡Ábrelo! —y cómo si fuera niña pequeña en Navidad, lo abrí lo más pronto posible. No podía creer lo que había en el interior de la caja.

— ¡Lina! —dije sin aliento

— ¡Cecy! —dijo en tono bromista— ¿Qué te parece? — saqué el vestido de la caja, era precioso. Era corto y color rojo. Tenía bastante pedrería, brillaba muchísimo.

—Es precioso —aún no podía dejar de ver el vestido, vaya que era impactante.

—Y espero que lo uses en tu fiesta.

— ¡Seré la envidia de todos con este vestido! —le grité emocionada.

—Me alegra que te guste —me mordí el labio inferior y le sonreí a Alina. En serio era una gran muestra de cariño.

Y cuando menos lo pensé, Alina se acercaba lentamente a mí. Estaba algo confundida. Yo no sabía que hacer, así que sólo cerré los ojos. Estaba nerviosa y no sabía por qué. Pero obvio, algo tenía que arruinar el momento y justo antes de que sus labios tocaran los míos sonó el timbre. Abrí los ojos de golpe y Alina se paró para abrir la puerta. Yo solo me quedé sentada en el sillón, esperando que la tierra me tragara. ¿Qué había pasado?

—Son los chicos. Supongo dejaron sus llaves o son muy flojos para abrir.

—Ah —fue lo único que pude decir antes de que Alex, Leo y Nick entraran a la casa casi tumbando la puerta.

—Hola, Cecy —Nick fue el primero en saludarme. Yo solo levanté mi mano para decirle hola. Aún estaba procesando todo lo que acababa de pasar.

—Bueno, iré arriba —me puse de pie e intenté caminar a las escaleras, Leo y Alex me detuvieron tomándome de los brazos y forzándome a seguir sentada en el sofá.

— ¡Hey! ¿A dónde vas? Acabamos de llegar —Alex empezó a decir.

— ¿Por qué sólo pasas tiempo con Alina y con nosotros no? —Leo me preguntó y en ese momento me evaporé y aparecí detrás del sillón.

— ¿Cómo rayos siempre olvido que puede hacer eso?

—No lo sé, ya llevas una semana conociéndome y aún no te acostumbras —dije con un tono de maldad. Mi mirada se cruzó con la de Alina y rápidamente ambas la desviamos— ¿Y de qué quieren hablar?

—Queremos saber cómo estás y ver cómo va todo en tu mundo fantasmal.

— ¡Huh! ¿Mundo fantasmal? ¿Te refieres a...? —desaparecí y aparecí al lado de Alex — ¿Esto?

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