Capítulo IX: El Beso

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- Es que... no sé cómo explicarlo, coño. Fue maravilloso, fue... fue... — el castaño dirigió su mirada hacia arriba, se quedó observando hacia el techo de su casa, con aire esperanzador, ojos brillosos y una expresión de complacencia, mezclada con algo que no tenía nombre.

El alfa ojiverde le vio, con una sonrisa pícara, le vio con mezcla de ternura, nunca había visto al castaño tan enamorado, si es que se le podría llamar enamoramiento a eso, era un simple beso, un simple beso que podría significar tantas cosas... así como ninguna, y sí bien el alfa con olor a menta jamás había demostrado ser un alfa imbécil, Rubius no le conocía del todo, sí le había ayudado a asentarse en el pueblo cuando recién llegó, fue muy atento y muy amable, Rubius pensó que el chico era omega por esa razón, pero lo descartó inmediatamente al ver su propaganda política y creyó que el chico era así simplemente porque necesitaba del apoyo popular y Rubius dejó de creerle, pero eso cambió cuando observó la ayuda del chico cuando nadie más lo estaba observando y entendió que en realidad Luzu sí era un buen chico.

Sin embargo, Rubius aún tenía esa sensación de preocupación, ese sentimiento de que algo no estaba bien o de que el alfa no quería a Auron para algo serio, dentro de sí ansiaba que no se repitiera su historia pero con otros protagonistas, no quería que Luzu se convirtiera en un alfa ojos morados y Auron en un alfa, el de ojos verdes quién recibiera todo el daño. Rubius se preocupó por Auron, quiso decirle lo que en verdad sentía con todo esto, pero no quiso romperle la ilusión, ver esos ojitos brillando al compás del amor, no era algo que el castaño hiciera seguido y Rubius amaba verle feliz y Rubius hacia lo que podía con tal de verlo feliz.

Rubius había aprendido algo y había tratado de enseñárselo al castaño "no te enamores" le decía constantemente, "te dejan botado y después quieren que no sientas nada" le repetía sin titubear, Auron comprendió lo dolido que estaba el ojiverde, y la necesidad de amor que necesitaba cuando éste le habló a medianoche, con vos quebrantada y tartamudean, se quedó escuchándole hasta el cansancio, sin nada qué decir, queriendo estar cerca de él para poder acobijarlo entre sus brazos y hacerle ver que él valía mucho, mucho más que quien lo dejó, mucho más que el otro alfa al que sólo le importaban las apariencias y no lo que sentía en su interior, eso era para débiles.

- Te gustó, ¿eh?, pequeño pícaro — bromeó Rubius, con una ancha sonrisa, esperando tentar al contrario con el comentario, burlándose un poco de él. Las mejillas del omega se colorearon de un rojizo tenue, bajó su mirada y quiso esconderse entre sus manos pegadas a su rostro.

- Sí te gustó, joder — agregó el alfa, esta vez un poco más serio, preocupado podríamos decir claro que era todo dentro de su burla. Auron le vio a los ojos, directo a ellos, con aire preocupado. Podríamos decir que el pequeño omega estaba preocupado, estaba consternado, sin saber qué hacer.

- Ven aquí, pequeño — le dijo Rubius, extendiendo sus brazos.

- ¿Recuerdas lo que me dijiste cuando aquel alfa cortó contigo? — le dijo Auron, con su cabeza recostada en su pecho, sin saber manejar sus emociones.

- Sí — murmuró el alfa.

- ¿Recuerdas que me llamaste a medianoche recordándome el porqué no debería enamorarme nunca? — preguntó Auron de nuevo.

- Sí — murmuró el ojiverde.

- ¿Recuerdas que te preocupabas mucho cuando te hablaba sobre un alfa que intentaba cortejarme porque tenías miedo de que me enamorara? — volvió a preguntar el omega.

- Sí — suspiró el alfa.

- Estoy enamorado ahora — Auron se liberó con esa simple frase de 3 palabras. Sonando todas sus alarma retumbando en su cerebro, pero su corazón no las escuchó, su cerebro le decía que estaba decepcionando a Rubius de forma infame, pero su corazón le decía que solamente era la voz de un corazón roto el que le había hablado aquella noche de tristeza. Auron creyó lo segundo, aunque lo primero aún resonaba en su interior.

Un Omega en Apuros // LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora