Capítulo VII: Oscuridad

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El sol salía por el cálido pueblo de Karmaland, alejando la fría noche, dando paso a un maravilloso día que seguro estaría lleno de paz y amor. Mientras, en la casa de nuestro omega... perdón, beta, se escuchaban el resonar constante y bajito de dos chicos roncando a un son imprevisto, a una marcha sinigual, al unísono, como un coro.

Nuestro omega, recostado bajo el subibaja del pecho del alfa, tenía los ojos cerrados, su boca medianamente abierta y su pelo hecho un desastre, mientras el alfa tenía una de sus manos alrededor de la cintura del castaño, como reguardando y protegiendo algo de valor incalculable.

Auron despertó, poco a poco fue abriendo sus ojos, sin embargo, su sorpresa fue grande al verse así mismo recostado en el pecho del omega, Auron sintió sus mejillas arder, sin embargo no hizo nada para alejarse. Ya había vivido demasiadas situaciones incómodas la noche anterior, no quería más de esas, así que lo dejó pasar. Sus nervios, sin embargo, no lo dejaron pasar, él siguió nervioso, pero fingió seguir dormido, dejaría que el alfa se quitara por sí mismo, así no tendría que lidiar con la pena ajena que estaba sintiendo en ese momento.

- ¿Por qué mi cuerpo buscó el cuerpo de Luzu al dormir? ¿Tan necesitado de amor estoy? ¿Por qué mi omega parece saltar de alegría con cualquier cosa que el alfa haga o diga sobre mí? ¿Será él mi alfa? ¿Por qué confío tanto en él si sólo tengo 2 casi 3 días de conocerle? Y lo más importante, ¿me gusta Luzu? — pensó el omega, debatiendo internamente, no dejando al descubierto sus sentimientos, claro que se negaba a aceptar estos, no quería que le rompieran el corazón como a su amigo y alfa Rubius, prefirió serse fiel así mismo. Se negaba a creer que se había enamorado de alguien que apenas acaba de conocer. Auron no era así, eso creía él.

El tiempo pasó, Auron siguió fingiendo dormir, con sus ojos aún cerrados sintió como Luzu empezaba a moverse y a despertar, escuchó el suspiro de un Luzu recién despierto  y sintió como, el alfa, delicadamente apartaba al omega de su pecho. Auron sólo se dejó mover, sin parecer despierto, tratando de fingir lo más que podía. Pedía, no, rogaba que el alfa no lo mencionara, no pudiera vivir con la vergüenza.

Luzu se dirigió al baño que tenía la habitación del omega, rebuscó en su inventario su cepillo de dientes y tomó pasta prestada del omega, mientras veía con confusión y un poco de tristeza el montón de frascos de supresores que el omega tenía en su gaveta, lo cual traía preguntas a la mente de Luzu.

- ¿Por qué Auron esconderá su naturaleza? — soltó el alfa mayor al aire, sin esperar respuesta obviamente. El alfa dudaba mucho puesto que el omega no parecía ser omega, no tenía una actitud como la de un omega, como la de Willy que parecía temeroso con los alfas, aunque pudo comprobar que las apariencias engañaban, cuando recién conoció a Lolito, juró creer que el pelinaranja era omega, su actitud era muy tímida y muy reservada, no solía hablarle mucho, sin embargo cuando, Mangel el omega de Lolito, se acercaba a Luzu y éste lo trataba con amabilidad, escuchaba el gruñido de Lolito y su potente aroma que Luzu interpretaba como furia, enojo, celos y rabia, comprendió que Lolito no era un omega, ya que Mangel nunca sale sin su alfa.

Luzu terminó de cepillarse sus dientes, se vio al espejo, se dijo cosas bonitas y salió, viendo al omega aún dormido, con su cabello despeinado y su boca medianamente abierta soltando un pequeño ronquido, Luzu al contemplar aquella escena, sintió su corazón llenarse de ternura (y claramente a su lobo removerse dentro de él). Luzu dejó de verle porque eso sería muy psicópata de su parte y no quería que el omega le viera espiándolo dormido, eso sería de alguien raro.

Luzu salió de aquel lugar y se dirigió a la cocina a servirse un poco de agua, aún pensando en el omega, a Luzu le gustaba el omega, mucho, y su alfa parecía contento con la cercanía y el pequeño olor que emanaba el omega de vez en cuando, Luzu odiaba los supresores que tomaba Auron, Luzu quería olerlo bien y embriagarse de su olor y tener para llevar. No iba a preguntarle al omega sobre los supresores, no aún, no le correspondía y aún no se tenían esas confianzas, Luzu lucharía porque el omega confiara en él, pero lo que Luzu no sabe es que el omega ya confía en él y en su cama está debatiéndose el porqué de eso aún.

Un Omega en Apuros // LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora