Parte 25

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Para el viernes por la tarde, estoy firmando el contrato con Paco Rabanne.

Me había pasado toda la tarde de ayer, parte de la noche y la madrugada del día de hoy meditando en lo que iba a hacer y por qué no debería hacerlo de todas formas. Pero aquí estoy, firmando con una de las marcas más importantes, aunque cuando dejé la oficina de Monique ya estaba pensando en aceptarlo porque las palabras de Margaret todavía estaban frescas en mi mente. Mucho más, cuando al llegar a mi piso me encontré con la jefa dragón y las otras tres personas que prefiero no mencionar, riéndose a carcajadas, hablando todos con una familiaridad que no se me hace desconocida, todos ellos me vieron llegar, especialmente los padres de mi ex que por algún motivo se me quedaron viendo más tiempo del necesario y, me di cuenta que, si tengo que estar pasando por esto el resto de mi vida definitivamente no quiero seguir trabajando para Margaret.

Tampoco es que quisiera ser modelo, eso ni siquiera estaba en mis planes, tampoco me vería ejerciendo de eso el resto de mi vida. Ni siquiera me gustan las sesiones fotográficas, ni las redes sociales, mucho peor las selfies, pero Kate tenía razón en algo, por ese motivo últimamente no se me ocurría tomar una decisión sin consultárselo a ella antes, Kate es de ese tipo de persona que sabe exactamente qué palabras decir para verle el lado bueno a las catástrofes así como también convencerte para lanzarte a una.

—Guau. —Fue su primera reacción cuándo le conté todo y le mostré el contrato. La había llamado exactamente cuando dejé la oficina de Monique, incluso antes de entrar al ascensor camino de regreso a la revista de Margaret. Estaba tal vez un ochenta por ciento decidido a aceptarlo, pero siempre necesitaba una opinión cuerda, una que no fuera cegada por las palabras de Margaret como la mía—. Definitivamente tienes que hacerlo, Roger.

—Ya estaba esperando esa respuesta. —Aunque la esperaba después de que le contara sobre mi altercado con Margaret, pero al final me decidí por guardarme aquello para mí mismo. Así que sentados en aquella mesa de la cafetería del hospital, le había dicho únicamente todo lo relacionado a la propuesta que había recibido esta mañana—. No lo sé...

—¡Es Paco Rabanne! Si no aceptas no te lo perdonaría... nunca —Me reí y tomé el contrato de nuevo en manos. Le di un vistazo otra vez y entonces, la escuché mencionar algo que después de meditarlo un poco, me di cuenta que es muy probable que no sea tan descabellado como parece—. Míralo de esta forma —se acomodó en su lugar frente a mí y cruzó sus brazos sobre la mesa para mirarme fijo—: Es publicidad para ti mismo, tus redes sociales están creciendo. Crearás una base de seguidores, esto te llevará a que otras compañías se interesen en ti, y quién sabe, puedes conseguir un trabajo que sí te apasione.

No tuve un argumento en contra de eso. Entonces me limité a ver de nuevo el bendito documento legal y dije, más bien, pregunté:

—Entonces ¿Me estás aconsejando hacerlo? —Sin cambiar de posición, nada más asintió con la cabeza y después le agregó:

—¡Por supuesto! Además es Paco Rabanne. —Dejé el contrato de nuevo sobre la mesa y tomé la misma pose suya, con los antebrazos cruzados importándome poco que tenía el documento debajo de mí. La miré a los ojos con una media sonrisa y Kate, nada más, enarcó una ceja y se encogió de hombros.

—Entonces voy a hacerlo. —Kate dio un aplauso en el aire, me apuntó con su dedo índice y entonces añadió:

—Pero no te comprometas mañana después de tu jornada de trabajo.

—¿Qué hay mañana después de mi jornada de trabajo? —Tomé el contrato de nuevo en mis manos y la escuché decir:

—Mis clases de Jiu Jitsu. —Me reí, sin poder evitarlo. Creo que nunca va a olvidar las clases de Jiu Jitsu, más me vale a mí mismo comenzar a actualizarme, no sé cuánto tiempo tengo de no practicar absolutamente nada de artes marciales. A mi ex novia le parecía demasiado arriesgado y hablaba sobre no estar tranquila si yo practicaba esas cosas, por eso lo había dejado. Aunque mi excusa en ese momento fue el problema en mi rodilla, el verdadero motivo fue Sara.

¿Cómo (no) conseguir un ligue de una noche?Where stories live. Discover now