Siete.

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Luego de pasar todo un día demostrándose lo que se habían extrañado, y todo lo que se amaban, decidieron viajar a la capital. Namjoon quiso pasar unos días más con Bethan en aquél país. Necesitaban un tiempo a solas y alejados de tanto trabajo. También por la reconciliación.

Namjoon estaba siendo demasiado especial y atento con la pelinegra, más de lo normal, de verdad se podía notar que estaba muy arrepentido por todo lo que había pasado.

Habían pasado tres días en los que la pareja había hecho muchas actividades, quisieron conocer ciertos lugares los cuales les resultaron interesantes. Ambos compartían el gusto por la literatura e ir a museos, por el arte en general. No era algo que se esperara de ellos, pero lo disfrutaban y aún más si lo hacían juntos.

Estaban preparándose para ir a cenar en un restaurante muy conocido del centro de la ciudad, las únicas veces que habían salido a comer fuera era para el almuerzo, de resto lo hacían en el hotel. Pero Namjoon le había dicho a Bethan que tenía ganas de cenar en un restaurante antes de volver, ya que regresaban a Corea al día siguiente.

Bethan terminó con su maquillaje, se colocó unos tacones que combinaban con el vestido que llevaba. Y se miró en el espejo para comprobar su aspecto.

Namjoon estaba sentado la cama, colocándose sus zapatos. Tenía el saco a un lado, junto con su 9 mlm que nunca lo abandonaba.

Bethan avanzó hasta situarse delante de él y tomó el arma, apuntando a la frente del platinado. Él soltó una risita ladina, viendo la expresión divertida que tenía su novia. Ella sabía manejar un arma, él mismo la había enseñado en caso de cualquier situación que se les presentara.

–Taehyung te lo dijo ¿no?

Él era consciente de como eran de unidos su novia y su primo, no le molestaba, aunque era un poco fastidioso cuando ella lo encubría en las estupideces que hacía. Aún así le aliviaba el hecho de que hubiese alguien que estaría dispuesto a protegerla en caso de que él no estuviera cerca.

–No debiste apuntarlo. –Contestó ella aún manteniendo la pistola contra su frente. Namjoon apoyó ambas manos sobre el colchón de forma relajada.

La pistola tenía el seguro puesto así que no había posibilidad de que algo ocurriera.

–Ese idiota me golpeó.

–Lo merecías. –Rodó los ojos.

En un rápido movimiento Namjoon le quitó el arma, dejándola a un lado, al mismo tiempo que hacía que Bethan se sentara sobre su regazo. Sus rostros quedaron muy cerca y Namjoon acarició su mejilla suavemente.

–Perdóname.

Esa palabra había sido constante en esos días, Namjoon se disculpaba cada vez que podía, aún si ya la pelinegra lo hubiese hecho.

–Te perdono. –Dijo ella, tal como había hecho las otras veces.

Lo besó delicadamente, pero Namjoon la mantuvo contra él y saboreó su boca por unos breves segundos. Llevó una de sus manos a la cintura de ella, queriendo alargar el beso pero Bethan cortó con el contacto.

–Tenemos que irnos, recuerda la reservación.

–Podemos ser rápidos. –Él la miró casi suplicante pero ella negó con la cabeza.

Se levantó de las piernas del platinado y él la dejó ir con una expresión de fastidio en su rostro.

Ambos salieron luego de que Bethan terminara de retocarse su labial, ya que se había arruinado un poco por el beso.




Estaban en el restaurante, específicamente en el área privada, era un local muy elegante y lujoso. A Bethan le gustaba los lugares más sencillos, pero no se quejaba cuando Namjoon decidía llevarla a ese tipo de locales. Estaban solos en esa área, porque así Namjoon lo había pedido. Tuvo que pagar una considerable suma de dinero para lograrlo, pero eso no fue problema para él.

Bethan había dejado de hablar para tomar de su copa con un exquisito vino tinto. Cuando vio que Namjoon se levantó y pensó que iría al baño, pero no pasó desapercibido como sacó algo del bolsillo de su pantalón y se arrodilló a su lado. Casi escupe el vino pero se controló y dejó la copa sobre la mesa, cayendo en cuenta del por qué él quiso que estuvieran solos.

Babe... –comenzó a decir Namjoon, mirándola fijamente, estaba nervioso pero lo disimulaba bien– no tienes ni idea de cuánto te amo, me equivoqué lo sé, pero lo que siento por ti no ha cambiado... Creo que cada día te amo más y quiero seguir haciéndolo por el resto de mis días. ¿Quieres casarte conmigo?

Bethan estaba temblando y ya las lágrimas viajaban por sus mejillas sin parar. Tomó una respiración profunda para calmarse y poder darle una respuesta al hombre que la miraba impaciente.

–S-si quiero casarme contigo. –Respondió, sorbiendo por la nariz. Ella estaba segura de su respuesta.

Namjoon colocó el anillo en su dedo, el cual le quedó perfecto. Ella se inclinó para besarlo y se levantó junto con el para abrazarlo.

Namjoon la tomó de sus mejillas y volvió a besarla lentamente.

–Te amo, babe.

–Te amo, amor –volvió a sollozar– y te odio por hacerme llorar de esta manera.

Namjoon soltó una risa y volvieron a besarse. Para él, Bethan podía ser muy tierna y le encantaba.

–Quería pedírtelo el día que... ya sabes, discutimos, pero no iba a ser en las condiciones correctas –confesó, sintiéndose avergonzado– perdóname.

Era verdad. Él tenía planeado pedírselo ese día pero las cosas habían salido mal y además no iba a ser de la manera correcta en la que él podría haberle pedido matrimonio. Muy en el fondo agradecía que todo aquello hubiese pasado, ya que ahora veía las cosas de otra manera y había aprendido a valorar a Bethan mucho más.

Le dio un beso corto. –Dejemos eso en el pasado, ya te perdoné. Lo que tienes que hacer ahora es mantener este anillo en mi dedo.

–Créeme que lo haré, cada día. –Susurró sobre sus labios.

Bethan no cabía en la felicidad que sentía, de verdad amaba a Namjoon y en su mente estaba el casarse con él, también tener hijos en unos años más.

Los ojos de ambos brillaban desbordados en sentimientos. Para Namjoon era lo mejor verla tan feliz, se sentía bien consigo mismo. Prometió hacer las cosas bien y pondría todo de sí para cumplirlo.

Aquél momento había marcado un nuevo comienzo para ellos.






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Espero les haya gustado, gracias por leer💜

OLIMPO |KNJ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora