Capítulo 2. Raros nos hubieran llamado

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Todos nos sentamos en nuestras sillas cuando Singreed, que había desaparecido, volvía con otros cinco adolescentes, más o menos de nuestra edad.

-Bien, sentaos... Hoy es un laaaargo día. -Dijo mientras volvía a un gran escritorio delante de un pizarrón.-

-Todos estáis aquí por una simple razón... Tenéis poderes... Domináis la magia... Y eso es justo lo que queremos. -Zannia nos mira, como si estuviera analizándonos.-

-Saldréis de uno en uno a enseñarnos vuestros poderes, vuestras habilidades especiales o como queráis llamarlo. -Singreed parecía despreocupado.-

-Y tendréis que presentaros, por supuesto. Vais a ser compañeros a partir de ahora -sonrie- o más que eso.

¿Poderes? ¿Habilidades especiales? Probablemente esas preguntas hayan atacado también la cabeza de alguien más. Aunque... Nadie se levanta para hacer nada.

-Bien pues, empezaré yo. -Se levanta de su escritorio
Mi nombre es Singreed, seré vuestro profesor de magia y este es mi poder.

Singreed solamente extendió la mano y sus ojos y pelo se encendieron en un carmesí muy potente, generando una llama en su mano. La clase se quedó en silencio, y todos mirábamos asombrados a Singreed. Bueno, todos menos un chico, el cual lo miraba con desprecio.

-Me toca! -Zannia parecía emocionada.-
Mi nombre es Zannia, y seré vuestra profesora de otros tipos de magia distintos a los que enseña Singreed.
Y este es mi poder.

Zannia es pura felicidad y emoción, y parece que un pequeño dragoncito emerge de su hombro. Un poco más tarde, unas grandes alas se despliegan en la espalda de Zannia. Toda la clase esta asombrada, boquiabierta por el poder de ambos profesores. Parecen muy fuertes.

-Bien, el siguiente.

Uno de los chicos se levantó y se fue al centro del aula donde estaban los profesores.

-Buenas, soy Chris.

Chris es un chico no muy alto, de un pelo dorado corto, y por su apariencia, parece el guitarrista de un grupo de rock de adolescentes. Chupa negra y pantalones negros también, rotos y agujereados.

-Este es mi poder.

Una de las manos de Chris empieza a temblar y, cuando se estabilizó, la mano estaba cubierta de electricidad estática. Cerró la mano casi al instante, supongo que por el dolor que sentía, dado a su expresión.

-Bien Chris. Siguiente...? -Zannia nos miró a todos, esperando algo.-

-Zan, esto es un poco aburrido...  -Singreed se dirigía hacia la puerta haciendo un gesto con la mano.- Bien, seguidme.

Singreed atravesó la puerta del aula, saliendo hacia el amplio pasillo desde el que se veía la grandísima estancia central. Singreed simplemente siguió caminando.

-Donde nos lleva, ¿profesor? -La curiosidad me podía.-

-Os llevo donde haréis vuestras prácticas con vuestros poderes... Con combates. -El mismo profesor estaba muy tranquilo.-

-¿Queeee? -Chris parecía emocionado.- ¿Vamos a combatir entre nosotros?

-Exacto, Chris. -Zannia sonrió.- Iréis a hacer un entrenamiento entre vosotros, para practicar vuestros poderes.

No puedo estar más nervioso en este momento. ¿Pelear con poderes? ¿Sin ni siquiera conocer los tuyos? Parece que una de las habilidades de los dragones es leer la mente, ya que Zannia me tomó del brazo.

[Las Sombras De La Torre]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora