- imaginen que los haya rechazado a los cuatro al mismo tiempo, qué extravagante combo de cuatro para mi memoria...- pensó en voz alta Rufus.

- ... creo que el estrés los afecta- dijo Zeref al ver que sus amigos estaba sacando conclusiones demasiado rápido.

- de todas formas, ve a tomarte un descanso, si?- le pidió amablemente Erza mientras que apoyaba una de sus manos en el hombro de Zeref, apretando con fuerza.

- Erza, si me tomo un descanso, nunca terminaremos el papeleo para la semana- le explicó racionalmente él, quitando la mano de la pelirroja. No quería tener una fractura en el hombro.

- lo haremos, acabo de traer a unos ayudantes- le replicó ella señalando a ciertos muchachos inconscientes en el carro que había traído- sólo necesitamos esperar a que se despierten

Los muchachos se asomaron para encontrar a Minerva, Sting y Levy siendo ilegalmente secuestrados por la genio de la espada.

- ¿por qué no has traído a Rogue?- quiso saber Jellal. Él era una buena opción para ayudarles.

- seguramente termine destrozando los papeles antes de leerlos sin Lucy aquí- dijo Erza, y abrió bien grande sus ojos al darse cuenta de que debió haber traído a la rubia con ellos.

Pero después se relajó al pensar que ya tenía a tres víctim- ayudantes y eran más que suficiente.

- ¡sangre fresca!- exclamó Rufus mientras que pellizcaba la mejilla de Sting para despertarle. No podía ser descortés con las mujeres y su dulce sueño.

- ... ¿por qué demonios los artistas son tan raros?

Zeref soltó un suspiro, levantándose de su asiento para estirar un poco sus brazos. Luego, salió de la sala del consejo.

Era bueno tener un descanso.

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- hola, Zeref

Lucy contempló la cara de asombro del azabache con una sonrisa forzada. Aunque juraría que estaba sintiendo lástima por él.

Acababa de salir de la sala del consejo estudiantil todo cansado.

- ¿necesitas algo, Lucy?- preguntó él sin tener una expresión totalmente amable pero lo suficiente amigable para que ella no saliese corriendo.

- tenemos que hablar- dijo ella cruzando sus brazos, y recostándose contra la pared.

Zeref miró la luz que entraba por la ventana, siendo algo molesta. Y chasqueó su lengua.

- me encantaría hablar contigo, si eso es lo que quieres, claro- su sonrisa no era cálida en lo absoluto, y se veía dolorosa.

El azabache se acercó lentamente a ella, quien no pudo retroceder, pero sudó en frío.

- ¿Z-Zeref?

- ¿realmente quieres hablar conmigo?- preguntó él y la acorraló contra la pared.

Era algo intimidante, y ella diría que eso era lo que sentía la mayor parte de los estudiantes que tuvieron la desdicha de enfrentarse a sus amigos.

- p-para eso estoy aquí- la rubia se mordió la lengua.

- ¿chicos? ¿Qué están haciendo?- preguntó una voz conocida.

Y ambos se voltearon hacia ella.

- .... Natsu- el prefecto de ciencias dijo el nombre de su hermano.

Lucy observó el rostro de Zeref cuando notó el miedo en su voz. Lucía como alguien que había cometido un gran error, se veía ansioso.

Ella conocía ese sentimiento de tener miedo de un error capaz de arruinarlo todo.

Reencarné como la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora