Se despertó sin saber lo que hicieron

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Despertó en una cama de hospital. ¿Cómo sucedió esto? Aunque lo intentase, no podía recordarlo...

Se levantó para sentarse en ella, Lucy se tocó la cabeza. Lo último que recordaba era que estaba en una situación incómoda con Gray y Sting.

" Nadie puede tocar a Lucy Heartfilia, si esto se vuelve a repetir, tendrán problemas con nosotros"

Ella frunció sus labios no tan convencida de su propio sonrojo ante esas palabras.

Se lo podría esperar de Gray, siempre había sido como un hermano sobreprotector con ella. Cuando se habían enfrentado a Phantom Lord, le había dicho a Juvia que prefiría morir antes de entregarla. Por su culpa, la muchacha de pelo azul la había tratado de rival por su amor.

Pero no de Sting, es decir, una vez le había guiñado el ojo de manera coqueta cuando había visitado a Sabertooth junto a Natsu; sin embargo, nunca se esperó algo serio de su parte. Además, había creído que él estaba enamorado de otra maga celestial, Yukino.

Se golpeó ambas mejillas por sus pensamientos, no debería de asumir que estaban enamorados de ella por lo que acababa de ocurrir, tal vez lo habían dicho porque se habían vuelto amigos cercanos, no? No estaba segura, todos apoyaban el hecho de que ella era las que lo tenía debajo de sus pies.

Aún así, no se quería hacer ideas.

Al mismo tiempo que la puerta al cuarto del hospital se abrió rápidamente, algunas personas se acercaron hacia ella apresuradamente. Y uno, la abrazó de repente mientras que otro apretó fuerte sus manos sin su consentimiento.

- ¡Luce!- exclamó alegremente Natsu mientras la estaba apretando demasiado con su abrazo.

- Lucy, gracias a Dios. Estás despierta- murmuró Rogue sosteniendo gentilmente su mano, luego se la llevó a sus labios para besarla.

- ¡oye! ¿Qué haces?- exclamó algo molesto el muchacho de pelo rosa y alzó a la muchacha, quien no decía nada a causa de la falta de aire.

Palmeó varias veces el brazo de su mejor amigo para que la soltara pero su fuerza no se podía comparar a la piel de acero que tenía el muy maldito. Él sentía sus golpeteos como picaduras de algún mosquito, sólo le causaban algo de picazón.

- suelta a Lucy- dijo el azabache mientras fruncía sus cejas y le daba un golpe en el estómago al duque Dragneel para mandarlo a volar lejos.

¿Se había pasado? No importaba, Natsu siempre era más denso que eso.

La rubia vio a una enfermera que estaba aquí para revisarla pero ella se desmayó como idiota, sin intención de ofender, por ser el lugar de aterrizaje de Natsu.

¿Estaba bien?

Se rascó su cabeza y observó a los dos haciendo un desastre de la enfermería.

- ¿¡qué demonios es ese ruido?!- la voz de Erza resonó cerca de la habitación y ambos se abrazaron asustados. Se sobresaltaron, junto con Lucy, cuando la puerta se abrió de golpe.

Detrás de ella, iban el marqués Fullbuster y el duque Eucliffe con una pequeña mueca con empatía hacia ellos. Aunque más preocupados por la joven postrada.

- ¡Luce! ¡No dejes que Erza me mate!- exclamó aterrado el heredero de los Dragneel mientras corría hacia la mencionada y saltaba en su cama.

La rubia oprimió el deseo de soltar cualquier gritó ante el peso repentino en sus piernas.

Ella se limitó a contener el aire, esto era más normal que ser intimidada por cierta albina. De un momento a otro, le creció la urgencia de tocar su cabello rosa, y lo hizo con un estremecimiento.

Reencarné como la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora