Capítulo 62 (Editado)

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Había pasado una semana desde la boda de las hermanas Black. Ellas se habían ido de Luna de Miel a alguna isla afrodisíaca del Caribe. Por otro lado, el resto de la secta se había acoplado, al completo, en la Mansión Slytherin. Aquello les dio a Orien y Abraham la oportunidad perfecta para enfrentar a Harry con sus sospechas.

Un día decidieron seguir a Harry al bosque, donde iba siempre después de comer, y le acorralaron para poder enfrentarle, pues ambos sabían que el ojiesmeralda aprovecharía cualquier hueco que tuviese para huir.

-Harry, tenemos que hablar.-Abraham tomó la iniciativa.

Harry, que ya se imaginaba la función de las snitch después de ver la reacción nula de Orien, suspiró con resignación y se sentó en el suelo. Los otros se miraron intrigados y luego se sentaron delante de Harry, los dos.

-Bien, supongo que ya lo sabéis, ¿no?-Harry tenía los ojos cerrados y la cara inexpresiva, por lo que ni Orien ni Abraham supieron qué contestar. Al ver que no contestaban Harry abrió un ojo y enarcó una ceja mientras fruncía el ceño.-Un momento, ¿qué sabéis?

Abraham miró a Orien, que estaba bastante seguro de saber qué le pasaba a Harry, pero no le había dicho nada a Abraham para no preocuparlo. Cormark suspiró, ya no podía posponerlo más.

-Tú magia...-tragó saliva con dificultad.-es distinta a la de una persona normal de tu edad.

Harry sonrió de forma cínica.

Abraham se asustó, nunca antes había visto una expresión como esa en el rostro su hermano.

-No hace falta que seas tan ambiguo, Orien.-el tono de Harry era frío e irónico, este envió escalofríos a lo largo de la espalda de ambos chicos, a pesar de que Orien estaba más que acostumbrado a este tipo de expresiones y tonos de voz.-Sabes perfectamente lo que soy.-entrecerró los ojos, casi con malicia.-Dilo, no es como si alguien más pudiera escucharnos aquí.

-¿Estás... seguro?-preguntó Orien, dubitativo, echando un vistazo alrededor.

Harry rio, sin gracia alguna.

-Vengo aquí todos los días, estoy seguro de que sabes perfectamente a qué vengo.-esto se había convertido en un enfrentamiento entre Harry y Orien, y habían dejado a Abraham prácticamente fuera.-Y aun así... ¿ha oído alguien algo alguna vez?

Orien abrió los ojos con sorpresa. Era cierto. Harry iba al bosque todos los días, y nadie nunca oía nada. Todos los demás miembros de la secta pensaban que estaba meditando o algo así, pero Orien sabía que no era así.

-Un hechizo de privacidad.-susurró. Estaba sorprendido, ese hechizo de privacidad... ¿acaso abarcaba todo el bosque?

-Sí, es justo lo que estás pensando.-Harry sonrió, casi se podía observar orgullo en su mirada. Abraham cada vez estaba más y más asustado de su hermano.-¿Y bien? Vas a decirlo ya... O tendré que decirlo yo.

Orien respiró hondo, casi con nerviosismo.

-Eres...-tragó saliva con mucha dificultad.-Eres un obscurus.

Abraham abrió los ojos a más no poder, incapaz de creerse algo así. Su gemelo no podía... no podía ser un obscurus. Era imposible... ¿verdad? Al fin y al cabo, Riddle lo había malcriado desde que tenía un año, desde que lo sacó de la Mansión Potter. No había manera de que Riddle le hubiera reprimido la magia. ¡Venga ya! ¡Ese hombre adoraba la magia! ¡Jamás le habría prohibido a su querida Hortensia reprimir su magia! Entonces... ¿Cómo? ¿Por qué?

Harry aplaudió, haciendo que la pareja frente a él se sobresaltara.

-¡Bravo!-exclamó, con una sonrisa fría y falsa pintada en todo su rostro, una sonrisa que no llegaba a sus ojos para nada, no brillaba como lo hacía siempre.-¡Has acertado! Así es, Orien, soy un obscurus.

Harry ahora miró a Abraham, prestándole verdadera atención por primera vez des de que se sentó en el suelo.

-Seguro que te preguntas "¿Cómo? Pero si Riddle adora la magia".-Harry cerró los ojos de nuevo, y cuando los volvió a abrir parecían los ojos de otra persona, una persona completamente diferente, aterradora que ninguno de los dos chicos frente al ojiesmeralda conocían.-Bien, pues os diré cómo. En la Mansión Potter, durante un año entero, lo único que hacían nuestros queridos padres era prestarte atención a ti, así que yo, al ser un bebé, reprimí mi magia inconscientemente durante el primer año de mi vida, pues parecía que cada vez que hacía algo para llamar su atención se molestaban más y más conmigo, así que mi subconsciente decidió no destacar para dejar de molestarlos. -Su mirada se volvió triste durante un segundo, pero luego volvió a enfriarse.-A Tom le costó dos años enteros que dejase de reprimir mi magia. Una vez dejé de hacerlo empecé a destacar de forma impresionante. Sin embargo, ya era demasiado tarde, la había reprimido el tiempo suficiente como para que me afectara y me convirtiera en un obscurus. Tom consiguió que un afamado pocionista de Hungría me hiciera una poción capaz de ayudarme a desarrollar mi núcleo mágico como los demás chicos de mi edad. Pero esta poción solo hacia que mi núcleo mágico se desarrollara de forma normal y, por tanto, que yo pudiera usarlo como todos los demás. No hacia, sin embargo, que dejara de ser un obscurus. Luego, North apareció y me sugirió tener esos entrenamientos cuerpo a cuerpo para ayudarme a controlar mi naturaleza.-los chicos delante de él lucían demasiado exaltados. Harry suspiró y se levantó.-Bien, esta charla ha terminado. Y no, no volveremos a tener ninguna charla parecida al respecto.

Dicho esto, se adentró en el bosque con tranquilidad. Dejando a su hermano y su novio demasiado impactados como para detenerle.

 Dejando a su hermano y su novio demasiado impactados como para detenerle

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Harry y Tom habían planeado durante casi un año esa noche. La noche en la que ellos dos iban a hacer el amor por primera vez.

-Hortensia...-Tom miró a Harry con preocupación. El más joven le había contado que Abraham y Orien habían descubierto que era un obscurus.-Podemos posponerlo...

Harry le interrumpió.

-No.-su voz se rompió. Miró a Tom con lágrimas en los ojos. El mayor sintió su corazón romperse con esta vista.-No quiero... No quiero posponerlo más.

-Amor...

-Por favor, Tommy...-su voz salió en un casi sollozo. Harry abrió los brazos y Tom no perdió tiempo, abrazándolo con fuerza.-Quiero hacerlo.-Harry hizo una pausa mientras hundía su cara en el hueco de su cuello.-Quiero que me hagas el amor, Tom. Lo necesito, por favor.

Tom suspiró. Alejó a Harry y le miró a la cara con cariño. Ambos sonrieron.

Tom puso su mano detrás de la nuca de Harry y le acercó despacio hacia sí. Besó sus labios, primero de forma suave y superficial. Después, despacio, fue introduciendo su lengua en la boca de Harry, mientras que el menor respondía de forma entusiasmada.

Poco a poco, la ropa iba sobrando, poco a poco, los dos unían sus cuerpos por primera vez.

Pues sus almas habían estado unidas des del día en que Harry nació. 

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