EPILOGO

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– Escúchame Jonh, puedes hacerlo, respira lento, respira muy suave, poco a poco y siente el oxígeno entrando a tus pulmones, siente el viento rozando tu rostro, siente el suelo empujando tus pies, como llevándote hacia arriba y oh... la energía, siente esa energía vibrar, siente el poder de esa electricidad especial recorriendo cada célula de tu cuerpo, atravesando cada átomo de ti, como si estuviera recorriendo tus venas. Esa energía está viajando por cada nervio de tu cuerpo y vibra como un shock cálido y especial en tu cabeza, ya no eres tú ahora, eres algo más grande, eres parte de la energía, de esa energía que forma el universo, dejaste de ser Jonh Gleen, ahora eres algo grande mucho más grande de lo que siempre pensaste. ¿Ahora hazlos? – Dijo aquella voz mientras lo lanzaba hacia el acantilado.

– ¡Mamá! – Grito el chico totalmente empapado en sudor.

En menos de dos minutos alguien encendía la luz de su habitación, el reloj marcaba ya las 3:18 am y a pesar de que Jonh había gritado a su madre la opción que llego a consolarlo no le molesto en absoluto.

– Tranquilo Jonhy boy, papá está aquí. ¿Otra vez ese sueño?

– Si papá, fue tan real, era la misma voz, una voz de un hombre y me decía cosas muy raras, al final me lanza al acantilado.

El señor Jack Gleen abrazo al pequeño Jonh y estiro su mano para alcanzar un clínex del buro y con mucho cariño y ternura limpio las lágrimas de su pequeño hijo.

– Debes de descansar hijo, mañana es tu cumpleaños ¿recuerdas? No todos los días cumples 13 años. Solo fue un sueño.

– De acuerdo, lo siento papá. – Dijo el pequeño Jonh mientras se terminó de limpiar las ultimas lagrimas con la manga de su pijama de su caricatura favorita "el escuadrón del tiempo".

En cuanto el señor Gleen salió de su habitación, Jonh se quedó profundamente dormido.

Al llegar a la alcoba con una joven Sara Gleen está preocupada le pregunto de inmediato por el estado de su hijo.

– ¿De nuevo la pesadilla?

– Si, y empiezo a dudar de que el psicólogo que está viendo realmente le esté sirviendo realmente para algo.

La señora Sara comenzó a sollozar y algunas lágrimas resbalaron por su mejilla. De nueva cuenta el señor Gleen limpio las lágrimas de alguien esa noche.

– No te pongas así cariño, solo fue un comentario, seguiré pagando el psicólogo hasta que sepamos que tiene. Mañana será su cumpleaños, no querrás que te oiga llorar – Dijo el señor Jack intentando arreglar el error de su comentario.

– No es eso, tu sabes que nuestro pequeño Jonh no era así hace 5 años, cuando él tenía 8 años era muy distinto hasta que comenzó a decirte lo de tu cáncer.

– Si, fue muy raro, pero más raro aun que todo el tiempo tuvo razón, cuando le prometí que acudiría con el medico nunca me espere ese resultado, si no fuera por Jonh ahora mismo estaría el cáncer ya hubiera invadido todo mi cuerpo, es un pequeño héroe.

– Desde ese día se volvió muy maduro y esos extraños sueños que tiene y no lo dejan dormir me parten el alma, sí, pero tienes que admitir que cada vez ocurren con mucho menos frecuencia, ya verás que pronto saldrá todo bien.

– Yo sé que si Jack cariño, no sé qué haríamos sin ti. – Dijo la señora Sara quien se acurruco en los brazos de su esposo. Ambos durmieron sin más contratiempos hasta el amanecer.

La mesa de regalos estaba casi llena en casa de los Gleen, el ambiente era alegre y relajado, se podían contar más de 20 niños alrededor del pastel y los postres que hizo la señora Sara Gleen solo llenaban de júbilo todavía aún más el ambiente que ya de por si era alegre.

El Maestro Del Tiempo 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora