CUENTA SALDADA. - PARTE FINAL

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Y como un hombre del pasado que fue disparado hacia el futuro, cruce océanos de espacio y de tiempo, atravesé vastedad de realidades alternas para intentar salvar una vez más a la chica que siempre he amado, a la que consideraba perdida pero que de una u otra forma me estaba predestinada. Descubrí que no sería tan fácil e incluso seria quizás mucho más complicado que la primera vez. Hombres ocultos tras una organización secreta del gobierno nos seguían los pasos. Se hacían llamar así mismos viajeros, eran comandados por el coronel Jackson, quien asignaba un número a cada uno de sus viajero. Me complicaba todo, no era la primera vez, era un juego que ya conocía y había jugado antes, en otro tiempo, en otra realidad pero con otras personas. Sin embargo, en medio de la penumbra pude encontrar esperanza, quizás una esperanza efímera, pero fue lo suficientemente fuerte como para volver a encender la llama de mi devoción hacia ella, hacia Kym. Una chica muy especial, una amiga. Una compañera de vida en otra realidad y de otro tiempo. Siempre luche por intentar cambiar su fatídico final, lo logre, pero el destino todo el tiempo estuvo un paso adelante y nunca jamás de mi lado. Tuve que forjar un lazo con un chico de la mitad de mi edad, decía ser mi hijo; - Vengo del futuro. – Me confesó - De uno en donde la unión entre tú y mi madre Kym fue posible.

Si llegara a fracasar en esta misión ese posible hijo solo quedara como un recuerdo en la eternidad del tiempo, como una posibilidad no concluida o no realizada. Tres años atrás yo había logrado cambiar la historia, había elegido jamás conocer a Kym, no haber trabajado en la compañía inmobiliaria al lado del buen jefe Soyer, eso incluía a mi odioso compañero de cubículo Steve. Había elegido perder mi habilidad especial y todo para salvar a Kym Stwart de un destino fatal. Tuve que renunciar a sus besos, a sus caricias, a no mirarla cada mañana a los ojos y a pesar de que su muerte estaba escrita, yo, Jonh Gleen desafié al mismo destino venciéndolo en esa ocasión. Logre cambiar el tiempo, evite que Kym muriera como ya estaba escrito. Ahora, el destino más fuerte que nunca quería reacomodarse, pero las cosas han cambiado. Esta vez Kym y yo estamos separados por mares de indiferencia, destinados a no volver a tener contacto mutuo nunca más, a cruzarnos en la calle sin que si quiera me reconozca, sin que sepa que ella es el amor de mi vida. Sin embargo, algo más allá de mi comprensión me une a ella. ¿De dónde viene esa búsqueda, esa necesidad de develar los misterios del tiempo cuando ni si quiera podemos responder las preguntas más simples. ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué es el amor? ¿Por qué soñamos con tiempos mejores? Quizás sea mejor no preguntarnos nada, o no investigar, ni si quiera anhelar. Muchas veces las respuestas pueden superar a las pesadillas. Les dije... Esta es la historia de mi vida, una historia que comienza por el final para terminar por el principio, una historia que como el mismo tiempo puede ser cambiada por muy pocos. Ahora ya no soy el único. Una fuerza superior a mí, me ponía a prueba una vez más. Tengo que usar todo mi temple, estaba dispuesto a darle al destino lo que pedía, a volver a retarlo. Aun a estas alturas no entendía del todo la naturaleza del tiempo. Mi filosofía personal de pronto se vio opacada por la noción simplista de la causalidad temporal, si algo estaba destinado a pasar simplemente pasara de una u otra forma. Ahora había hecho de la causalidad temporal mi religión y le tenía demasiada fe. Mi nombre es Jonh Gleen, a ojos ajenos mi vida es normal, entre los poco que me conocen bien, soy un viajero del tiempo, uno destinado a siempre y al mismo tiempo a jamás estar al lado de la persona que amo, uno sentenciado a viajar constantemente a través del flujo temporal para buscar la más mínima posibilidad de esperanza, un viajero del tiempo dispuesto a escupir a la cara del destino...

Apenas si puedo respirar, un calor de sangre sube por mis pulmones, me encuentro mal herido, los golpes en todo mi cuerpo son severos, la cabeza me palpita, prácticamente me estoy desmoronando en vida, como un polvorón de arena. No sé si sobreviviré después de esta pelea, sin embargo, ya lo he hecho antes, eso me tranquiliza aunque sea un poco, algunos le llamarían esperanzas inútiles. Comienzo a toser sangre, la vista se me nubla y un dolor de muerte me recorre por toda la columna vertebral, pero lo logre, André Wilson ¡esta muerto! El precio fue alto, ya no me queda más energía para huir, para fragmentarme (esa palabra comienza a gustarme), la había gastado absolutamente toda en aquel gran viaje al pasado. En cuanto me materializo en la habitación, Kym y Joseph corren a abrazarme, justo en ese momento se escucha un gran alboroto en la planta baja y pasos de botas recorrian todo el lugar.

El Maestro Del Tiempo 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora