CUENTA SALDADA. - PARTE 3

446 48 18
                                    

André Wilson, así se hacía llamar aquel gigantesco costal de músculos, no había mejor apelativo para él. Su tez morena como el chocolate, sus músculos prominentes y duros como el acero más resistente, su voz grave y ronca capaz de hacer palidecer a cualquiera. Giro su vista perspicazmente hacia Joseph y Kym, sus intenciones eran más que claras, él quería lastimarme indirectamente, haciéndole daño a ellos. Se dio cuenta el cómo me había afectado el asesinato de mamá a pesar de que no fuera mi madre de mi línea de tiempo y quería usar esa debilidad como arma. Iba hacer lo mismos con mis seres queridos e incluso confesó que ya lo había hecho antes, en otra época, en otro tiempo. Volví a recriminarme a mí mismo. Tal vez había cometido el peor error de mi vida al viajar aquí y revivir una batalla donde Joseph ya había salido vencedor, en realidad solo había logrado darle una segunda oportunidad a esa maldita mole humana. Era increíble cómo Joseph había logrado derrotarlo sin ninguna ayuda, mientras que yo estaba perdiendo. Aquel gigante estaba a seis pasos de ellos, tal vez el destino contaba con el hecho de que el sería derrotado por Joseph, así que hice lo más incoherente posible. Pedir la ayuda de Joseph, pedir la ayuda de un flacucho adolescente de 16 o 17 años.

- Detente, no dejare que te acerques más a ellos.

- ¿Matarlos? Jajaja. Un castigo mejor podría ser hacerlos sufrir un poco. – Dijo, mientras tranquilamente sacaba una pequeña navaja muy filosa que él guardaba en una funda escondida en su pantorrilla

No tuve elección.

- Joseph, ¡necesito de tu ayuda!...

La cara de Kym cambio por completo, su mirada de reproche se clavo en mis ojos.

- ¿Q... qué estás diciendo? Es solo uno niño.

André Wilson comenzó a doblarse de risa mientras Kym me acribillaba con la mirada.

- Confía en mi Kym, por favor necesito que lo hagas.

Joseph, quien estaba mudo hasta ese momento, por fin hablo.

- Pué... puedo hacerlo mamá. Yo confío en papá.

Mientras tanto André Wilson se había carcajeado tanto que incluso la piel morena de su rostro ahora se tornaba rojiza. Por mi parte la sangre me hervía, no solamente había asesinado a mi madre de esta línea temporal, sino que ahora también se burlaba, tomaba todo a juego, así que decidí bajarlo de su nube

- Estas demasiado confiado, esa será tu perdición.- Dije.

- ¿Qué broma es esta? ¿Enserio tu última esperanza es este chico? Eres patético Gleen. Más vale que haya sido una broma, de lo contrario acabas de sentenciarlo. - Dijo mientras comenzaba a reír de nuevo.

- La broma eres tu maldito. La razón por la que estoy aquí frente a tu nariz es Joseph. Quizás ni él lo sepa aun, algo salió mal, por ello mismo tuvo que contactarme en mi tiempo eso después de desmembrarte en dos. Básicamente imbécil ¡tú ya estás muerto!

Aquel gorila de montaña contuvo la respiración por un segundo, una parte de él sabía que le estaba diciendo la verdad, sus ojos expresaban terror, miedo y quizás incertidumbre

- ¿Ya no ríes? – Dije mientras en esta ocasión fui yo el que se doblaba de risa.

- Ya veo, la llamada del coronel Jackson hace unos minutos, tu visita inesperada a esta epoca, esa extraña sensación que recorre todo mi ser desde que atravesé esta puerta. Tu... tú tuviste que ver en todo esto. – Dijo mientras se giraba hacia Joseph.

- Y dime André. ¿Qué se siente ser una paradoja viviente?

- No, de ninguna manera, no lo permitiré, cambiare los hechos, esta vez será distinto. No importa lo que el coronel Jackson haya pedido, es él quien te quiere vivo, no yo. Debes de morir antes que el destino cumpla su propósito. - Dijo - Mientras se abalanzaba a toda velocidad sobre Joseph dispuesto a matarlo.

El Maestro Del Tiempo 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora