Capítulo 56

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La idea de retomar las consultas no fue algo que pensó a la ligera, realmente pasó días pensando en si era correcto que Taehyung volviera a ser su psicólogo. Le dio muchas vueltas al asunto para terminar siendo nuevamente uno de sus pacientes. Su conflicto interno era muy grande, se sentía anclado a su padre a su mundo pero a la vez, no quería ser parte de aquello ya sabía que ese hombre que nunca lograba sentirse orgulloso de él por mucho que hiciera, no lo quería ni le importaba realmente.

Él no era un hijo para el gran señor Jeon, sino simplemente un peón más en su tablero de ajedrez y aunque una vez se resignó fue después de empezar sus terapias con el castaño que se dio cuenta que quería más.

Fue cuando vio a Namjoon en la graduación de su hermano pequeño tomándose fotos, entregándole presentes, flores y el inmenso regalo de su presencia, de su cariño. Eso que él siempre esperó en algún momento de su padre, lo que deseó en su propia graduación, ver aparecer a Namjoon y ser felicitado por él o escuchar en algún momento que se sentía orgulloso.

Fueron tantos los momentos en donde se sintió perdido y completamente sola que aunque parecía tenerlo todo no tuvo nada. Fueron muchas las cosas que lo hicieron percatarse de ello, mucho lo que lo hizo recordar cuánto él quería una familia.

Podía empezar con Taehyung y sus molestas preguntas o tal vez con aquellas duras palabras que recibió de su hermanito que creía que no lo quería a él o a alguien. Quizás fue aquella tarde donde Namjoon le restregó en su cara que ellos no eran absolutamente nada, que él era solamente el hijo de la mujer que le dio la vida pero que tampoco era su madre.

Ese día que sintió tanta rabia que quería destruirlo, hacer caer su maldito imperio como se estaban cayendo fragmentos de su corazón. Esa tarde donde lloró por horas y se dio cuenta que no tenía a nadie con quien hablar sinceramente, alguien que le diera un abrazo o simplemente le dijeron todo está bien.

Podía ser que otras de las cosas que le afectaron fue no poder estar nunca en los cumpleaños o fechas importantes con sus hermanos, comprando siempre un regalo para ambos que aveces mandaba como un desconocido y otras se los entregaba a Soobin para que este se los hiciera llegar al mayor.

Cuando Seokjin, siendo meramente el dueño de la compañía encargada de surtir o suplirle baterías de iones de litio a KNJ Enterprises y el hombre con quien su hermano alguna vez tuvo sexo tuviera más cercanía e información de su familia que él.

Era un extraño dentro de su propia familia, su padre bueno, ese hombre tenía su propio mundo. Su madre, una mujer a la que no veía al no ser en alguna cena que lo necesitaran para aparentar ser la familia perfecta o cuando esta planeaba citas a ciegas para él como si estuvieran en Corea del Sur o retrocedido décadas en el tiempo. Alguien que jamás lo arrulló o dio verdadero cariño.

Si bien era cierta que a él le daba la mayor atención por ser el primogénito que le dio a la familia Jeon, no significaba que fuera a él a quien quisiera y a decir verdad, hubiese preferido que no le diera atención tan cual hizo con Namjoon porque eso era peor castigo que ser ignorado. Por sus propias acciones alejó a la única persona que le demostraba cariño solamente para hacer felices a sus padres y ver orgulloso a su papá, a su hermano mayor.

Cuando Soobin llegó a la casa él tenía aproximadamente ocho años, su hermano doce y fue feliz. Quizás fue su época más feliz, el día que Namjoon llegó a buscarlo y se lo llevó, deseó irse con ellos. Odió más a su hermano por dejarlo allí solo, por no llevarlo con él y llevarse lo único que sentía que quería. Fueron muchos los sentimientos mezclados y acumulados a través de los años. Una bola de hilos gigantesca que no sabía que había creado y no tenía ni idea cómo comenzar a desenredarla.

Dr. Control - NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora