XI

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Capítulo 11.












Harry llegó al departamento para encontrarse a un Louis dormido en el sofá con un bebé sobre el abdomen, dormido.

Caminó despacio, pasando por el sofá de puntitas.

—¿A dónde vas? —.

Se detuvo al instante, viendo a un Louis que aún tenía los ojos cerrados.

—Hum... Pensaba ir a la habitación —.

Abrió los ojos despacio.
—Creo que tenemos algo de qué hablar —. Se puso de pie, tomando al bebé entre sus brazos. Zayn se había ido ya desde hace rato.

Harry asintió.

—No sé si debo comenzar por el hecho de que ibas a dejar que un idiota te golpeara, o por el por qué rayos andas hablando sobre mis gustos con tus amigos —.

El rizado guardó silencio, bajando la mirada.
—Alessandro nunca había intentado hacer eso, pero fue mi culpa, casi renuncia esa modelo —. Lo miró —¿Sabés cuánto dinero aporta ella? Alessandro dijo que era sólo para que no nos dejara —. Apretó los labios, viendo como cada vez Louis fruncía más el ceño.

—¡Me importa una mierda la modelo, a ella no la iban a golpear! ¡Que vaya y golpee al jodido fotógrafo, tú no tienes nada que ver allí! —. Alzó la voz, no sabía por qué se sentía tan enojado.

—Era mi deber despedirlo, y lo olvidé, por eso fue mi culpa —. El rizado mantenía su tono de voz, despacio, y profundo.

—Pero él no tiene derecho a golpearte, haya sido, o no tu culpa —. Bajó la voz al recordar al bebé en sus brazos.

—¿Qué era eso que tú sabías que dejó tan asustado a Alessandro? —. Cambió el tema.

Louis bufó, pero no siguió, Harry siempre era así.
—He visto muchas series, ese tipo de hombre siempre tiene secretos sucios —. Chasqueó la lengua —Sólo necesitas confianza en ti mismo, y creer lo que dices para crear esas escenas. Juegas con la mente de los demás —.

Harry lo miró sorprendido, nunca pensó que Louis tuviera aquellas habilidades.

—Podrías ser un actor —.

—Nunca hay dinero seguro allí, necesito dinero más que otra cosa —.

Lo miró aún más asombrado.
—¿Habías pensado en eso? —.

El castaño se encogió de hombros, y caminó hasta la cocina, deteniéndose antes de abrir la nevera.

—¿Qué no dijiste que me llevarías a comer lo que yo quisiera en la mañana? —.

—Oh, sí, lo dije —.

—Entonces vamos, muero de hambre —. Sobó su estómago, dirigiéndose a la puerta.


🔆🔆🔆









Louis se sentó frente a Harry en una de las mesas cuadradas, a su lado, Dylan estaba en una sillita que les proporcionó el restaurante.

—Nunca había venido aquí antes —. Admitió el castaño mirando el menú, había desde las más jugosas hamburguesas hasta el platillo más saludable que un pedazo de lechuga sin aderezos. El lugar perfecto para ambos.

—Solía venir aquí con mi familia, es de mis favoritos —.

Louis bajó la carta viendo a Harry.
—Por cierto, ¿cómo están? ¿No van a venir por el bebé? —.

•Perdido En Tus Ojos• LS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora