•Perdido En Tus Ojos• LS.

VII

Capítulo 7.

Por la mente de Louis pasó desde que Harry estaba enamorado de él hasta que tal vez el rizado estaba demasiado borracho para medir sus acciones, en sólo segundos.

Pero... no era ninguna. Tan rápido como sintió los brazos de Harry envolverlo por detrás, estos se fueron de la misma manera dejando en su lugar un listón amarillo envuelto en su cadera.

Sin embargo, su corazón y el aire de sus pulmones permanecía ausente.

El listón amarillo cayó de su cintura y fue cuando volvió a respirar. Se giró encarando al rizado.

Harry apuntaba algo en una pequeña libreta.

—¿Qu-qué rayos haces? —.

El rizado alzó la mirada y sujetó en el aire el listón amarillo, que ahora que lo podía ver bien era una cinta métrica.

—No tengo ningún maniquí para tomarle medidas, hum... así que pensé que tú- —.

Louis sentía su corazón acelerado, se llevó una mano al pecho intentando calmarlo, maldita sea, ¿Harry lo había asustado tanto?

—Idiota, pudiste avisarme antes, casi me provocas un infarto! —. Lo interrumpió.

—Lo siento —. 

Louis bufó. El sonido del microondas avisando que las banderillas estaban listas los interrumpió.

—¿Vas a querer? —. Le tendió una de las banderillas, aún molesto.

Harry negó.
—¿Podría tomarte el resto de las medidas? —.  Preguntó, siguiendo al castaño hasta la barra.

Louis tomó asiento en uno de los bancos. Le tendió una banderilla de nuevo.
—Si me acompañas con una banderilla, sí —.

Harry rió. Louis lo miró serio.

—¿No estás jugando? —.

—¿Me miró como si lo estuviera? —. Meneó la banderilla en su mano.

El rizado la tomó después de un suspiro. Odiaba las comidas congeladas. Louis sabía aquello.

—Son muy sabrosas, a qué sí —. Louis sonrió alegremente después de ver a Harry darle un mordisco a la banderilla.

Él lo masticó despacio.
—No está tan... mal —.

—Deberías de dejar de lado esos vegetales, sólo le hacen perder función a tu paladar —.

—Louis, eso no- —.

—Shh, yo sé lo que dije —.

Harry bufó con una sonrisa en el rostro.

🔆🔆🔆

—Ahora levanta los brazos como en una T —.

Louis viró los ojos mientras lo hacía —¿Ya? Me has tomado como mil medidas de los brazos —. Exageró.

—Este diseño lleva muchas lentejuelas, tengo que estar seguro de dónde ponerlas para que no le estorben al modelo —. Le aclaró.

—¿No has dicho que esto es sólo para entretenerte? —.

—Sí —.

—¿Entonces? —.

—Louis, si voy a hacer algo lo quiero hacer bien, de qué me sirve gastar el material para hacer algo que no sirva? —.

Louis frunció los labios. No tenía una respuesta muy buena para aquello.

—¿Ya casi? —.