CAPÍTULO XII (Primera parte) -El espíritu indomable-

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En la catedral, el monje percibía un abrupto cambio en la energía del camino.

—Parece que la apertura ha alcanzado el siguiente nivel. El arribo de tres demonios medios casi en simultáneo es una fuerza demasiado grande como para ser detenida por estos jóvenes. Si Daegon estuviera con ellos aún habría posibilidad de equiparar la batalla, pero las circunstancias han empeorado de manera radical. Lamentablemente, y a pesar de encontrar rivales cada vez más fuertes, puede que los "Protektanoj" se hayan confiado a través de sus continuos éxitos. Solo entenderán qué sucede en cuanto empiecen a morir uno a uno. Espero que un milagro suceda, porque las fuerzas del cielo no van a interceder.

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Mientras los jóvenes se reincorporaban a duras penas entre la humareda, comenzó a develarse el nuevo enemigo en el interior de la energía del camino. Sin titubeos Pyro intentó alcanzar el nunchaku, pero Bysel con sus poderes telequinéticos lo impidió llevando el arma hasta su propia mano.

—No deberías meterte con los juguetes ajenos, podrías ofender a su dueño —advirtió el demonio.

—A estas alturas me tiene sin cuidado —replicó el taekwondista desalentado.

Finalmente el poderoso y antes mencionado Hitory llegó al mundo de los vivos, impresionando con su tamaño, y su reluciente y sólida armadura. Sus dos guerreros se inclinaron ante él, pero su sencillez los detuvo.

—Levanten sus cabezas demonios, que aquí he dejado de ser su líder, desde este momento soy su compañero de batalla.

Bysel le alcanzó el arma con la cual preparara su entrada y respetuosamente dijo:

—Aguardábamos su llegada, acabemos de una vez por todas con este juego.

Zero se acercó a su amigo y le preguntó:

—Somos cinco, ellos tres, ¿cómo nos repartiremos en esta ocasión?

—Sé que sonará a una locura propia de ti, pero déjame medirme con su líder, ustedes encárguense de los demás. Al fin y al cabo terminar con los espectros congelantes fue un gran avance.

—Desde el principio me extrañó que me pidieras hacer equipo con ese imbécil. Era todo parte de tu estrategia, ¿verdad? —preguntó el joven nocturno.

—En realidad era una estrategia basada en una suposición, que afortunadamente resultó —explicó el taekwondista, mientras tomaba la espada esmeralda.

—Muy bien, pero me llevaré a Lory conmigo esta vez, para acabar lo que empecé.

Mora con el cuchillo infernal y Andy serían los rivales de Bysel, quien sin dar mucho margen comenzó a levitar rocas a su alrededor, y las envió todas hacia ellos en un ataque masivo. Ella apretó sus ojos y levanto su arma con la falsa ilusión de evitar algunas.

Contemplando la distancia que los separaba el joven comprendió que su onda expansiva no alcanzaría para protegerlos a ambos, por lo que tomó una decisión difícil de esperar de su parte. Usó el escaso aura que le quedaba para quitar a Mora del camino de las rocas, exponiéndose por completo a sí mismo. Fue apedreado brutalmente sufriendo graves traumatismos, hasta quedar deshecho en el suelo. Ella desesperada se puso de pie y fue por él:

—Te has sacrificado por mí —le dijo mientras le quitaba un poco de sangre que recorría su frente—. No estoy segura de que seas mi novio —bromeó.

—Y esto recién empieza querida, de todos modos, ya nos jodimos el día en que liberamos el camino...

Ella lo ayudó a ponerse de pie, colocándose por debajo de su brazo para sostenerlo.

CAMINO DEL INFIERNO (El Primer Regreso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora