Two Birds (Damian x Raven)

14-En Blanco

Su madre, Arrela. Le dio una mueca de preocupación y pena, solo dios sabía porque tuvo que hacer a esa chica tan inteligente, no tenía porque seguir ocultándole algo si quiera.

--¿Recuerdas el cómo llegaste aquí?-- Preguntó Arrela resignada.

--No, madre. No recuerdo nada, sólo el lugar, pero no el cómo fui traída aquí-- Respondió con ligera confusión, trazaba cada fragmento en su mente, pero cada vez se hacía más borroso y lejano, como si fuera algo que nunca pasó.

--Salgamos al patio un rato y te contaré todo, ¿qué dices?-- Pidió en una monstruosa amabilidad. Su hija asintió confundida, la cabeza le daba vueltas y le costaba mantener el equilibrio. Arrela, percatándose, apoya un brazo de Raven en su hombro, ayudándola a estar parada. En el momento en el que lograron salir, el viento y el sol tan característico de aquella isla bendecida dominó los sentidos de la hechicera. Pasaban por las largas plazas de Azarath, cada viga forjada con un brillante oro dorado, y con mármol blanco adornando los pilares de los grandes templos. Llegaron a una pequeña fuente en la extensa costa, ambas se sentaron en ella observando como el agua salía disparada del centro hacía arriba, cayendo en un espiral color azul cielo, salpicando ligeramente a los alrededores.

Raven cerró los ojos dejándose llevar por la gloriosa sensación de serenidad que le otorgaban esas pequeñas gotas golpeando contra su espalda, las suaves brisas ondeando su oscuro pelaje, el olor salado pero agradable del mar junto con los rayos del sol presentes y su calor agradable. Era exactamente igual a lo que recordaba, las pequeñas islas del fondo seguían igual, todo lo seguía siendo. Abrió lentamente sus parpados para encontrar a su madre haciendo lo mismo que ella, la diferencia era que esta lucía una pequeña sonrisa que acompañaba el momento, Raven no pudo evitar sonreír de la misma manera al poder revivir lo que significaba su antigua vida. Los recuerdos de una vida pasada se alejaban de ella para enterrarlos en lo más profundo de su existencia. Lo único que prevalecía era un nombre, un nombre que por algún motivo, la llenaba de distintas emociones y sensaciones.

"Damian"

Entrecerró el cejo al pensar en dicho nombre, de todo lo que llegó a sentir de ese nombre sólo pudo reconocer ese sentimiento vagando por su corazón. Un extraño afecto que no tenía nada que ver con su madre o con mágica Azarath.

Al buscar la fuente de su sentir, empezó a experimentar una punzada de dolor en frente, siguió buscando entre aquellas imágenes fragmentadas, sin poder reconocer ninguna. Comenzó a doler más y más hasta que fue no pudo más, cayó de bruces contra la fina arena desde el pequeño banco. 

--¡Raven!-- La madre fue a socorrer a su hija, observando como el casi nulo color de piel se iba degradando, obtuvo de la nada una tez mucho más pálida, su corazón bombeaba aún más lento. Pese a todo, todavía respiraba, lento, pero respiraba. Logró reconocer sólo una de tantas figuras que se hallaban dentro del pozo de su mente

Tenía una estatura normal, del mismo porte que ella, tenía una sudadera roja y unos jeans de mezclilla azules. Parado en lo que parecía ser pasto. No podía ver su rostro ya que le daba la espalda, sus brazos se metían en sus bolsillos, lucía incomodo. Se encaminó para llegar a su costado, al poder verle el rostro, quedó pasmada por lo que vio. No había rostro alguno, solo una sombra etérea donde deberían estar sus rasgos. Con la vista hacia delante, movía la cabeza como si estuviera hablando con alguien. Al lugar que se dirigía había otra persona, una chica en esta ocasión. Por alguna extraña sensación le recordaba a ella misma. Tenía igualmente el rostro oscurecido en una sombra perpetua. Ella levitaba envuelta en una ligera estela púrpura.

El chico se sentó, daba la impresión de que estaba consternado, contando algo que verdaderamente la molestaba, a la otra figura no le importaba en lo absoluto, tenía una calma que la contagiaba. Pasó los segundos y la sin rostro se levantó molesta, dirigiendo unas últimas palabras antes de retirarse por un portal que creó. Su contra-parte confundida y alarmada, se devolvió por donde vino.