14-En Blanco

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Recordaba estar buscando a los hermanos sangre en un páramo sumergido en la noche negra, con vientos ligeros y una llovizna incesante. ¿Por qué ahora se encontraba en una habitación oscura? Sentada en el respaldar de una cama vieja, se incorporó escuchando el rechinar del mueble. Sus sentidos se aplacaron con la serenidad que poseía aquel extraño lugar. También notó su peculiar vestimenta, lucía igual que la toga blanquecina que portaban en Azarath hace tanto...

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta crujiendo, se abrió revelando lo que había al otro lado, una mujer alta, con rostro y figura refinada, destacaba su largo pelo castaño que hacía juego con la misma toga. Llevaba en brazos una canasta con varios alimentos frescos. Raven seguía observando aquellas facciones que de alguna forma reaccionaba en sus recuerdos, tras sólo un par de segundos, una imagen clara se presentó ante ella.

--¿Madre?-- Susurró incrédula, dando a caer en cuenta quien se estaba enfrente. La aludida puso la canasta encima de una pequeña mesa y le dedicó una mirada maternal a su chica.

--Si, hija mía-- Respondió colocando una mano debajo de su barbilla, atrayendola luego a un cálido abrazo. --Te extrañé--

La chica debajo de sus brazos no reaccionaba, sinceramente no era la respuesta que esperaba. Se alejó un poco para poder apreciar su rostro. Tenía la negación marcada en su rostro, seguía con los ojos abiertos de par en par hacía la nada misma. Raven reaccionó y empujo a su madre lejos de ella, esto era un engaño, simplemente es imposible que su madre esté viva y ella en Azarath, no tenía cabida en la mente de la peli negra.

--¿Dónde estamos?-- Demandó la joven hechicera, dando un paso atrás, pudo sentir como su pelo tampoco estaba como normalmente lo estaba, se encontraba recogido y trenzado en unos hermosos hilos dorados. Había una pulsera pequeña de color blanco en cada muñeca. Era el mismo conjunto que usaba cuando vivía en su antiguo hogar.

"Acaso..."

--Nos encontramos en Azarath, querida. ¿Te sientes bien?-- Su madre estaba preocupada, Raven aveces era volátil, pero esto era nuevo. Jamás le había si quiera empujado o estar a la defensiva. --¿Raven?--

Se mostraba esquiva hacia su propia madre, sabiendo todo el truco detrás de todo. No percibía magia en absoluto. Todo se sentía tan... Real, tan real que la asustaba. Buscaba con la vista el más mínimo detalle que pudiera decirle lo que ocurría. Más no encontró nada, todo se mostraba de forma tan viva en su mente, los olores, el silencio reconfortante y la suave tranquilidad del ambiente se calaba en sus recuerdos como una cascada, ruidosa pero en calma.

La mayor manifestó su preocupación por la más joven, esta vez cuidando más sus acciones acercó un brazo solitario para posar una mano sobre el hombro de su hija confundida, logrando que esta por fin la mirara, de la manera que siempre lo hacía, con amor y afecto.

Raven fue la que tuvo la iniciativa esta vez, rodeó con sus delgados brazos el cuerpo de su madre, hundiendo su cabeza debajo del cuello del cuello, sintiendo como todos esos años que perdió después de su muerte, los recuperaba con aquel suave tacto. La mayor le correspondió el gesto con dicha, susurrándole palabras cálidas por encima. Cosas como: "Todo estará bien" o "Ya pasó todo, estoy aquí"

Su madre se separó gentilmente de su hija, notó cómo dejó su pecho algo húmedo por las lagrimas que derramó sin deparo. Con un dedo le limpió ambas mejillas, creyó el significado de cada gota, cada una por un suceso distinto, se lamentó tanto por no poder estar ahí por su pequeña.

--Madre...-Raven rompió el silencio por lo bajo- ¿Por qué estamos en este lugar?-- A pesar de todo, la portadora de la sangre de Trygon sabía perfectamente que todo aquello no era real, aún que nada pareciera dictar lo contrario, ella lo sabía.

Two Birds (Damian x Raven)Where stories live. Discover now