🌊 Exponiendo...¿infieles? (2)🌊

Start from the beginning
                                    

Y no miento, estoy muy sola por acá. Las mujeres de la aldea son tan flojas que no quieren venir a caminar siquiera para hacerme plática. Aunque me había enterado hace poco que rumorean sobre mí, "Nada más el marido trabaja, que floja es." Como siempre hablando sin saber nada, típico de señoras y esposas jóvenes influenciadas por sus madres.

Nos sentamos y agradecimos la comida. Empezó a comer primero él, yo tomé el tenedor pero sentí un dolor horrible en mi dedo que me hizo soltarlo de inmediato.

-¿Estás bien, cariño? –Su mano se posa sobre la mía y lo miro, está preocupado.-

-Sí, sí. No te preocupes, me quemé hace poquito con la sartén, solo estaba admirando el paisaje.

-Es hermoso, ¿no? –Asiento con la cabeza y un sonido de mi garganta.- Siempre he sabido lo mucho que te gustan estos paisajes, por eso me decidí que vivir aquí sería lo mejor.

-Que considerado. –Sonrío con un ligero toque de desgane.- ¿Está bueno?

Claro que le va a encantar. Es sopa de rábano, Tomioka la ama como uno no tiene idea. Fue lo primero que aprendí a cocinar cuando cumplimos nuestra primera semana de novios. Cuando no sabía que estaba loco por mí.

-Me encanta. –Sonríe con la mirada hacia la sopa.- ___.

Lo volteo a ver ante su llamado.

-Esta noche... -Lo veo tragar saliva.- Podríamos... ¿intentarlo?

-¿Intentar qué? –Lo miro confundida.-

-Ya sabes... eso. –Sus ojos divagan por toda la cocina mientras un fuerte sonrojo lo cubre. Sus manos se posan debajo de la mesa al yo notar que tiembla.-

Oh, creo que ya sé a qué se refiere. En nuestra primer semana de esposos, Giyuu estuvo muy nervioso por querer intentar tener relaciones conmigo, simplemente no se pudo por su temor. No lo culpo, agradezco que aún guarde su ternura ante mí. Con los demás es algo serio, menos con los abuelitos de la aldea, con ellos es muy agradable.

Lo miro arrogante ocultando mi carcajada esperando a que me mire, cosa que si hace. Su ceño se frunce y estando a poco de hablar, decido interrumpirlo.

-Claro, pero esta vez no me estornudes e la cara. –Río un poco ocultando mi risotada.-

El azabache se sonroja más y niega avergonzado. Esta es la faceta que me gusta, donde no está serio o enojado por hacer algo que no le gustó.

Un corto rato pasó y se fue a quitar la ropa de trabajo. Me avisa que se va a bañar.

-¿Harás algo más? –Me pregunta.-

-No. –Le contesto desde la otra habitación.-

-Báñate conmigo.

Estoy terriblemente sudada y exhausta, claro que te voy a aceptar un baño, Tomioka. Llevo conmigo cuatro toallas, dos para el cuerpo y dos para el cabello. El engendro tiene mejor cabello que yo, ¿pueden creerlo?

Mi esposo y yo ya estando en el baño, nos despojamos de nuestras prendas y nos adentramos en la bañera.

-Voltéate. –Le pido y obedece.- Voy a cepillar tu cabello, debe estar muy enredado.

Al darme la espalda, tomo el cepillo que estaba al lado y comienzo cepillando las puntas. Súper enredadas están. Es que no tiene cuidado en su persona, él mismo me ha confesado que no le interesa mucho, pero como yo soy mucho de oler su cabello siempre procura mantenerlo limpio. A veces llega con un olor a pescado que lo impregna horrible. Esas veces me pide que lo bañe, es como bañar un niño porque se queja de lo fuerte que lo tallo.

Kimetsu No Yaiba [Escenarios/OS]Where stories live. Discover now