7

18.8K 2.1K 877
                                    

- Jimin, ¿qué carajos? ¿A dónde vas? - preguntó Jungkook luego de alcanzarlo. Lo había corrido como una cuadra desde la casa de su amigo Taehyung, cuando no notó su presencia por ningún lado en la reunión. 

- Me voy a casa. Es algo tarde. - le respondió el rubio. 

- ¿Y ni siquiera ibas a avisarme? 

- Estabas algo ocupado y no quería molestarte. 

- No seas tonto. ¿Vas a casa….o a otro lado? 

- A casa. Lo juro. - le aseguró Jimin. 

- Bueno, te llevo. 

- No, está bien. Tomaré un taxi en la próxima calle. 

- Si vas a en busca de alguien, sabes que no puedo obligarte a no ir. No tienes que mentirme. 

- Que no, que me voy a casa. - gruñó Jimin. 

Jungkook notaba el claro mal humor en el mayor y no quería dejarlo ir así. 

- ¿Qué pasa? ¿Estás enojado? - preguntó. 

- Solo quiero ir a casa. ¿Quéparte no entiendes? 

- De acuerdo, claramente estás enojado conmigo. 

- No es enojo. - sonrió irónicamente. - Diablos, Jungkook…

- ¿Y entonces? ¿Por qué no eres sincero conmigo?

- Sabes que soy sincero contigo. Te cuento todo lo que hago aunque me de verguenza.

- No hablo de tu adicción y creo que lo sabes. - aclaró Jungkook.

- No entiendo de qué hablas…- Jimin le dio la espalda. No podía mentirle mirándolo a los ojos. 

- Tal vez…¿algo relacionado con nosotros? 

El pelinegro sabía que no debía seguir este camino. Pero lo cierto es que para él también se estaba haciendo difícil guardarse lo que sentía.

- ¿Qué sobre nosotros? ¿Somos amigos, no? Tú lo dijiste. - el rubio volteó y le miró. - ¿Qué hay para decir?

- Tú dime. - insistió el menor. Quería que el otro lo dijera primero. 

- Maldición, Jungkook. - se quejó Jimin, desesperado. ¿Por qué insistía en ponerlo en esta situación? - Basta. No puedo.

- ¿Por qué no? - continuó el pelinegro, manteniendo su serenidad de siempre. Eso alteraba aún más al contrario. 

- Porque me importas...y no quiero decepcionarte. - admitió con timidez. 

- Eso no va a pasar, Minie. - sonrió Jungkook y el corazón del otro comenzó a acelerarse ante la respuesta. 

¿Por qué el menor tenía que ser así? Se le hacía bien difícil a Jimin mantenerse firme. 

- Puedes decirme lo que sea. - continuó - Nada de lo que me digas me hará pensar mal de ti, Jimin. 

Ya no aguantaba más. El rubio estaba harto. Además, tampoco tenía sentido fingir una amistad que no sentía. Eso no servía de nada y no le estaba ayudando. Él quería tener un amigo, pero no así. 

- ¿Y si te digo que me gustas? - exclamó entonces. - Intento ser tu amigo pero no me sale, Jungkook. Más allá de mi adicción y de que me atraigas desde el primer día….me gustas. Perdón. 

- ¿Perdón por qué tonto? ¿Crees que yo no sentí nada en ese beso atolondrado que me diste en mi auto aquella vez? 

- ¿Qué? Pero...si estaba muy alterado en ese momento. Actué como un desesperado. Estaba en pleno ataque. 

Adicto - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora